Antes de irnos nos acercamos a la finca nuestra que, por su proximidad, le brindaba a mi hermano mostrarme la fuente de sus vinos, de sus aceites y garbanceras; también me mostró un árbol de brevas y, junto a las paredes que limitan su propiedad, unas cuantas chumberas.
La niebla se ceñía al cuerpo y rompieron las nubes con goteras. Cuando me bajé en Lagunilla a comprar unos purillos en el estanco (muy cerca de la panadería) en una paralela calle a la carretera principal; ya eran...