Teníamos proyectado comer en la finca que tiene en El cerro pero con la incipiente lluvia cambiamos de planes. Nos fuimos a matar el tiempo en los barecillos de ese pueblo, unos orujos y unas cervezas que se me iban amontonando. En plena charla con unos y otros conocidos de mi hermano, con birra va y viene, alguien tuvo el ánimo de echar una partida de cartas. La berisca, el mús no tenía plaza en nuestra cultura; en fin, que aún y todo yo advertí que eso se avisaba con tiempo....