DESDE LA IMAGINACIÓN A LA REALIDAD: LOS HORCOS (6)
Tendría que haberme quitado la chaquetilla de lana y dejar que aquella brisa de la tarde refrescara el sudoroso esfuerzo pero, estaba tan exhausto de fuerzas que advertía cierto temblorcillo muscular; temía derrumbarme y, con la intención de disimularlo, me recosté sobre una de esas jorobas pétreas que se irguen al borde del cauce, sobre una peculiar altitud ante la cascada. El pretexto de encender un purillo me pareció idóneo para disimular...