De jota en jota andamos, unos en su pueblo y otros esperando; ya por aquí se lucen pañuelos al cuello y, en poco, llega agosto; nuestro pueblo se llena de gente, de alegría como la que por aquí estoy ahora viendo. Huele el verano a fiesta y se alegra el entorno, mentes que se ciñen en probar olvidos y alentar esperanza, almas que viven y se alegran.