Magnífico ejemplar de
castaño, bajo el cual nos albergábamos a la hora de
comer los calurosos días de Julio; ¡Cuántas horas sentados en el
trillo!... ¡vueltas y... más vueltas! ¡Cúanto esfuerzo, qué sacrificio... sudores... para recoger el
fruto de tanto trabajo de un trigo, acarreado durante la madrugada del remoto "Coto de Pedrarias" o del de "D. Faustino" a lomo de
caballos y mu- las! ¡Con cuánta ilusión se esperaba después el momento de limpiarlo en el muelo... se trababa del
pan para todo el año. Los Calvines lo convertían en harina para masarlo en el hogar... o mejor... nos lo canjeaban por "vales" de pan para todo el año. En los años cincuenta se elaboraba en la TAHONA, ahora
Farmacia; luego, en los sesenta, lo traían de
Puerto de Béjar.