No nací con la campana. El día que partí de mi pueblo, huía de una campana, era por el 1966 cuando aterricé en otro pueblo; debió ser puro presagio. Allí todos eran... campaneros. Pedro, algo no me cuadra, o has leído mal, la inscripción de la campana, o ya cumples años hacia atrás, je, je, je,
Un abrazo. Una campanada nueva, ese mismo año nací; parecería que mi destino fuese el tocar las campanas pero a los siguientes seis años me alejé de ahí. No obstante algo indicaba este acontecimiento, un presagio en mi destino; parece ser que a los que residen en Burlada (Navarra), por batiburrillo de los pueblos les consideran campaneros. “Yo nací con una campana y me hice campanero”.
Con mis saludos JSB y sirva el mismo para mi pueblo.