Por fin se abre la veda. Retorna el dominguero a la búsqueda de todo cuanto ofrece el campo: caracoles, setas o rastreos de hierbas u espárragos. Dejó la primavera despejado el paso y enriquecido el suelo de alegres regalos; atrás quedaron las nieves con sus heladas inundaciones, los aires destemplados; quedó el portillo sin tranca de miedos para regocijo del hombre que espera sol, alegría de días que han de ser buenos.