Un taconeado ir y venir recorría el pasillo, entraba en la sala dejando ecos de su presencia mientras iba retornando mi mente y percatándose de la brisa nocturna que se colaba del balcón y revoloteaba las cortinas. Tronó. Las nubes que se habían congregado según moría la tarde ya eran oscuros nimbos, estrato fiel a las tormentas estivales que se forman de súbito. Cayó un estruendoso chaparón impresionante que atrajo la curiosidad de todas las familias que... Yo me he bañado en innumerables charcas cuando os visitaba de más joven en el pueblo, en pilones de los que hube de salir corriendo por ser amolestado por algún serrano molesto; pero este remanso de agua no me viene a la memoria. Cuéntanos cómo se llama y hacia dónde buscarlo en nuestro pueblo.