Levantarse temprano ayuda. Una ducha despierta. Aviarse y perfumarse aportan una energía especial. Hay días que no desayuno, me siento empachado; prefiero un buen vaso de leche fresquita o dos. Sería capaz de beberme el litro entero pero de mascar nada, no suelo entrar en ánimos; otra cosa es almorzar. A eso de las diez o las once me atrevo. En casa de mi prima Dionisia, ya en tertulia con Julián, Elías y mi prima María Jesús; no desdeñé un buen...