¡Qué hay amigo! Vaya mañanitas llevamos. Ya llegaron los fríos. Poca gente en la calle y los caminos desiertos, sin un alma que pase hasta que no se vaya la escarcha y la tierra esté seca ¡Poco cantan las malvises en el arroyo! El invierno dio la espalda al otoño dejando yerma la fauna alegre del bosque, sin orquesta en sus crepúsculos dorados que el alba animaba; llega tan precoz el ocaso ¿Vas para casa? Yo apenas salgo. Quién aguanta por ahí más de un rato justo, lo...