En estas fechas nos da por recuperar el calor familiar, reunirnos con nuestros padres (quien puede) o esos hermanos que rara vez coincidimos; bien sea porque no están lo suficiente cerca de nuestra casa u otras razones derivadas por la particular forma de vivir que tenemos. Ahora es el momento indicado para darse un abrazo, un beso; un apretón de manos que imprime toda la bondad perdida durante el resto del año. Incluso, nuestras relaciones externas, ganan calor humano y nos sentimos...
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