LAGUNILLA: Cholo, estaba pensando que esa canchera está un poquito...

Gracias por esta foto JSM. Más vale que contamos en el foro con gente experimentada y bien conocedora de estos rincones; ello me ayuda a conocer mi tierra como nunca pensé que lo haría. La curiosidad me invita a ir y conocer esa cueva o cavidad que comentas. Debió de ser una experiencia muy gratificante rondar de niño por esos canchales. A saber la de fantasías que habrán disfrutado vuestras mentes. Una aventura que bién me habría gustado compartir.

Como muy bien dice JSM, a esa canchera hemos ido a rodar el huevo o asar los calbotes de pequeños. Y los juegos eran interminables, porque jugabamos a las guerras, y la cueva era el castillo que había que invadir, o al escondite y la cueva era la casa, y así miles.
Que recuerdos.

Cholo, estaba pensando que esa canchera está un poquito retirada del pueblo ¿no seríais muy niños? Porque yo recuerdo que, aquí en Pamplona, cuando nos metíamos en aventuras de exploradores de mil ruinosas fábricas o edificios abandonados e incluso, organizábamos algunas de nuestras primeras expediciones al monte o el río para construir cabañas, ya rondábamos los diez o doce años. El primer calderete que hice (aún me acuerdo) yo tenía catorce años. Lo hice para la cuadrilla de amigos en un pueblo muy cercano (Sarriguren), al pie de una fuente; de esas que hay que bombear el agua. Para que hiciera el efecto de sustracción, debería echársele agua en los primeros amagos del bombeo; pero no teniamos ni gota. Gracias al ingenio de todos la hicimos funcionar. Le echamos una meadita colectiva que... surtió, fue el efecto suficiente para que no nos volviera a faltar el agua. Luego puse a cocer las faldas de cordero que llevaba al mismo tiempo que las patatas y... qué mal. Para cuando se me ablandaron las carnes del guiso, ya un rato largo, largoooo... se me fundieron las patatas. Osea, desaparecieron. Desde ese momento averigüe que cada materia necesita un tiempo distinto de elaboración. ¡Qué chasco!
Un saludo a todos los foreros que no se aburren de participar y, otro tanto; para los que pronto lo harán.