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LAGUNILLA: Yaneth Hernandez....

Yaneth Hernandez.

EL POETA DE LA FONTANA

Caminando por la soledad
De una calle de Buenos Aires
Vi una fontana que fluía
Lágrimas en cascadas,
Y detrás de ella la figura
Encorvada, silenciosa de
Un anciano
Abstraído por un libro tan
Viejo como él.
El cielo brillaba con timidez,
La brisa lo rozaba
Con una suavidad casi imperceptible,
El escaso cabello que le quedaba
Eran hilos que la luna tejía
Con sus rayos luminosos.
Por momentos la calle pareció
Poblarse de gente por doquiera
Espectros que deambulaban
Buscando su historia
Sus recuerdos.
Pero el anciano ni un ápice movían
Sus labios templados por el tiempo
Y la sabiduría.
Me fui acercando con parsimonia,
Apenas si mis pies tocaban el
Piso, mi curiosidad era casi
Infantil,
Solo se escuchaba el rumor
De la fontana y la poca luz
Que donaban las estrellas.
Cuando pude estar lo mas cerca,
Me incline y le di las buenas
Noches,
Pero fue inmutable,
Invariable.
Logré ver su perfil sereno,
En otrora de una belleza muy
Varonil, corpulento y altivo.
Sin embargo, levanto su cabeza
Y esbozo una sonrisa que por
Un instante borro de su rostro
La vejez.
Lucia letrado, inteligente, lleno
De sabia y con largos años vividos
En su piel y su memoria.
Extendió su mano temblorosa y
Delgada para ofrecerme un mate
Con gusto lo tome.
La noche trascurría callada y con
Un esplendor inusitado.
Como antojo pregunte su nombre
Dirigió sus ojos hacia mi tan cristalino como
La lluvia y respondió:
“Se que vos sabes de mi, se también
Lo mucho que queres a mi amada
Argentina, escucha lo que te diré:
“Aquí, lo que dejaron los puñales.
Aquí esa pobre cosa, un hombre muerto
que se llamaba César. Le han abierto
cráteres en la carne de los metales.
Mi nombre es, Jorge Luis Borges”.