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LAGUNILLA: Escribe Esquilo: "Ni aun permaneciendo junto al fuego...

Escribe Esquilo: "Ni aun permaneciendo junto al fuego de su hogar sentado escapará el hombre a la sentencia que le dicta su destino."
En relación con esto está el buen o mal fario. A principios del siglo XIII se decía "astroso" a quien había nacido con mal sino, bajo un mal astro; la palabra "desastre" significó por eso infelicidad, descalabro. San Isidoro de Sevilla, en el libro X de sus Etimologías, del siglo VII, dice que astrosus es aquel que ha nacido bajo una mala estrella: malo sidere natus (nacido bajo un mal astro). Sebastián de Covarrubias añade en su Tesoro de la lengua castellana (1611) la acepción de persona sin ventura y dice que es astroso:" Aquel en cuyo nacimiento concurrieron muchas estrellas en su favor para subir a gran estado". Y desastrado, "al que no tiene ningún astro que le favorezca y vive miserable, abatido, sin que nadie haga caso".
Decimos que da mal fario, es decir, que dirige a la persona hacia un destino adverso, el gafe y el malasombra, cuya actuación a menudo inconsciente sobre sus semejantes acarrea para éstos la desfracia. Se creyó antaño en la existencia de personas malhadadas que atraen la desgracia, la mala suerte y el infortunio sobre los demás, que dan mal fario. ¿De dónde procede esta creencia bizarra, y el término? Según algunos es término procedente del caló fario (desdicha); según otros, es palabra flamenca, que se corresponde con "malasombra". Acaso del latínfatum (destino), voz de la que procede malfadado o malhadado, malsinado de mal sino, persona de mala estrella, nacida en mala hora según los estrelleros renacentistas, bajo un signo (sino) adverso. Es expresión ofensiva y temida en medios afines al mundo gitano y de los bajos fondos, donde el mal fario se teme tanto como al mal de ojo. Por otra parte, el término pudo haber derivado por metátesis de farmalio, de donde se dijo" mal fario", del sintagma latino malum facere (hacer daño), cuya forma primitiva aún se conserva en el habla andaluza, donde se oye "mar fario, güen fario" con el significado de mala o buena suerte. En documentos medievales aparece en el siguiente contexto: Mulier si fecerit malfairo viro suo cum homine altero cremetur cum igne... es decir, que la mujer que hiciera mal fario a su marido con otro hombre debe arder en el fuego; en el caso citado, el malfairo es sinónimo de adulterio, acción vil que acarrea mal fario a quien la comete.
Francisco Serrano Anguita emplea así el termino en La Petenera (1928):
Sigue, Paco; tu camino
porquie contigo va ya
er veneno de mi sino
¡era mi fario verdá!