Enrrique Tierno Galván. En nuestra historia reciente fue memorable la frase de quien fuera alcalde de Madrid, que en su arranque de sinceridad dijo: Las promesas electorales se hacen para no cumplirlas.
Desgraciada, desafortunada frase que pone en el ánimo de la ciudadanía la mezquindad, ruindad y falsedad de ciertos políticos y dirigentes. William Hazlitt, escritor inglés famoso por sus ensayos humanísticos y por sus críticas literarias, tiene esto que decir en Characteristics (1823): "Hacen algunas personas promesas por el solo placer de incumplirlas". No está lejos esta actitud de aquel refrán que afirma: "Prometer y no dar es lo mismo que robar", referido a la irresponsabilidad y ruindad de quien, procurando su propio bien, hace ofrecimientos a los demás en la esperanza de inclinar la voluntad de éstos hacia su causa, actitud muy propia de políticos y arribistas que una vez comprometidos a hacer algo se olvidan de ello cuando alcanzan el poder o la fama. Pedro Liñán de Riaza, en el Romance de Riselo (1607), dice lo siguiente relacionado con el asunto que tratamos:
Cuando crece mi alegría
y mi firmrza más crece,
tu sinrazón me condena,
ingrata Leonida, a muerte.
¿Por qué, falsa, prometiste
lo que orometer no puedes?
Si son tus promesas falsas,
falsa serás, pues prometes.
Tiene que ver el refrán con otro que dice: "Al que toma y no da, el diablo se lo llevará", en alusión a quien acumula bienes tras haberse aprovechado del bien público y de las circunstancias. Recúerdese a quien tales actitudes adopta en la vida, aquel otro refrán que sentencia: "Quien recibe, a dar se obliga". Por lo general, no es sabia cosa, ni prudente, prometer muchas cosas. Quinto Horacio Flaco tiene esto que decir en sus Epistolae: Multa fidem promissa levant, que es tanto como decir que las muchas promesas menoscaban la confianza.
Un saludo
Desgraciada, desafortunada frase que pone en el ánimo de la ciudadanía la mezquindad, ruindad y falsedad de ciertos políticos y dirigentes. William Hazlitt, escritor inglés famoso por sus ensayos humanísticos y por sus críticas literarias, tiene esto que decir en Characteristics (1823): "Hacen algunas personas promesas por el solo placer de incumplirlas". No está lejos esta actitud de aquel refrán que afirma: "Prometer y no dar es lo mismo que robar", referido a la irresponsabilidad y ruindad de quien, procurando su propio bien, hace ofrecimientos a los demás en la esperanza de inclinar la voluntad de éstos hacia su causa, actitud muy propia de políticos y arribistas que una vez comprometidos a hacer algo se olvidan de ello cuando alcanzan el poder o la fama. Pedro Liñán de Riaza, en el Romance de Riselo (1607), dice lo siguiente relacionado con el asunto que tratamos:
Cuando crece mi alegría
y mi firmrza más crece,
tu sinrazón me condena,
ingrata Leonida, a muerte.
¿Por qué, falsa, prometiste
lo que orometer no puedes?
Si son tus promesas falsas,
falsa serás, pues prometes.
Tiene que ver el refrán con otro que dice: "Al que toma y no da, el diablo se lo llevará", en alusión a quien acumula bienes tras haberse aprovechado del bien público y de las circunstancias. Recúerdese a quien tales actitudes adopta en la vida, aquel otro refrán que sentencia: "Quien recibe, a dar se obliga". Por lo general, no es sabia cosa, ni prudente, prometer muchas cosas. Quinto Horacio Flaco tiene esto que decir en sus Epistolae: Multa fidem promissa levant, que es tanto como decir que las muchas promesas menoscaban la confianza.
Un saludo