QUÉ CERCA ESTA EL VERANO ÚLTIMA ENTREGA
FIESTAS Y MÁS FIESTAS
No sé qué nos pasa de jóvenes. A mí se me iba la razón pensando en las chicas, todas eran guapas; bueno sí…alguna que otra era un poquito menos guapa, pero no las había feas, al menos en mi pueblo. Yo recuerdo que llegaba eufórico del Norte, no sabría deciros si es que me sobraba adrenalina; esa sustancia rara que crea hiperactividad o era un volcán de hormonas metiendo horas en mi pubertad cerebral. Y, aquí en este glorioso pueblo de fronteras, por que llegaban mozas desde Francia y charritas de Salamanca; esas chulapas Madrileñas y, para todas ellas, un galán ya de Navarra. Y, por divertirlas y divertirnos todos, a ninguna verbena se echó en falta. Que si las acosaba en El Vallejo no era para menos en la Plaza y, siendo aún hora del vermut o un refrigerio, frecuentaba la pista de Casa Chago, que al ladito de la mía se hallaba. Gustaba verlas bailar con sus mudas nuevas, hermosas ellas y arregladas; con ese aroma a fiesta joven que me sublevaba, lanzándome al encuentro de mi otra alma. Y, sin dar nombres, os digo que me enamoraba. Y pasan los radiantes encuentros por despedidas amargas, realidades que se enfrentan por las más crueles distancias. Los amores de verano pasan por estas malas rachas. Y, aún en el recuerdo, recuerdo que las amaba.
HA SIDO UN PLACER MEMORIZAR TANTOS BUENOS MOMENTOS. SUPONGO QUE TARDARÉ EN VOLVER A CONTAROS MÁS COSICAS DE ESTAS. HASTA ENTONCES AMIGOS.
Pedro.
FIESTAS Y MÁS FIESTAS
No sé qué nos pasa de jóvenes. A mí se me iba la razón pensando en las chicas, todas eran guapas; bueno sí…alguna que otra era un poquito menos guapa, pero no las había feas, al menos en mi pueblo. Yo recuerdo que llegaba eufórico del Norte, no sabría deciros si es que me sobraba adrenalina; esa sustancia rara que crea hiperactividad o era un volcán de hormonas metiendo horas en mi pubertad cerebral. Y, aquí en este glorioso pueblo de fronteras, por que llegaban mozas desde Francia y charritas de Salamanca; esas chulapas Madrileñas y, para todas ellas, un galán ya de Navarra. Y, por divertirlas y divertirnos todos, a ninguna verbena se echó en falta. Que si las acosaba en El Vallejo no era para menos en la Plaza y, siendo aún hora del vermut o un refrigerio, frecuentaba la pista de Casa Chago, que al ladito de la mía se hallaba. Gustaba verlas bailar con sus mudas nuevas, hermosas ellas y arregladas; con ese aroma a fiesta joven que me sublevaba, lanzándome al encuentro de mi otra alma. Y, sin dar nombres, os digo que me enamoraba. Y pasan los radiantes encuentros por despedidas amargas, realidades que se enfrentan por las más crueles distancias. Los amores de verano pasan por estas malas rachas. Y, aún en el recuerdo, recuerdo que las amaba.
HA SIDO UN PLACER MEMORIZAR TANTOS BUENOS MOMENTOS. SUPONGO QUE TARDARÉ EN VOLVER A CONTAROS MÁS COSICAS DE ESTAS. HASTA ENTONCES AMIGOS.
Pedro.