JSM, cuando yo iba por nuestro
pueblo en
verano, no podía vencer la tentación de levantar esas piedrillas en las que sospechaba quepodría haber un "arracrán". Un año llené un bote con ellos, aún me acuerdo que los aprese en el
Balcón de
Extremadura. Con un palo levantaba la
piedra y, si había suerte, tiraba el bote al suelo y lo empujaba con el palo hasta él. Así me hice con unostres o cuatro (ya no estoy muy seguro) y volviendo a
casa con ellos, los más curiosos se acercaban y se llevaban un soberano
... (ver texto completo)