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LAGUNILLA: Ni yo lo digo ni lo pienso-Respondió Sancho-; allá...

Ni yo lo digo ni lo pienso-Respondió Sancho-; allá se lo hayan; consu pan se lo coman; si fueron amancebados o no, a Dios habrán dado la cuenta; y de mis viñas vengo; no sé nada; no soy amigo de saber vidas ajenas; que el que compra y miente, en su bolso lo siente. Cuanto más, que desnudo nací, desnudo me hallo; ni pierdo ni gano; mas que lo fuesen ¿qué me va a mí? Y MUCHOS PIENSAN QUE HAY TOCINOS Y NO HAY ESTACAS. ¿Quién puede poner puertas al campo? Cuanto más que de Dios dijeron.

Esta estrofa recrea el fiel carácter de nuestro pueblo (el español), el saber legendario de nuestros ancestrales maestros que, hoy todavía, se oyen en nuestras casas. Una forma muy nuestra de hablar y de sentir.
Un saludo