Existen varios tipos de ciruelas pero todas ellas contienen las mismas propiedades curativas.
La ciruela y sus propiedades curativas
El color rojo o morado de la ciruela se la confiere unas sustancias llamadas antocianos, los cuales son unos pigmentos naturales pertenecientes al grupo de los flavonoides, que se encuentran presentes en numerosos alimentos, frutos, flores y verduras, especialmente en uvas tintas y vinos, siendo por tanto un constituyente común en la dieta humana. Reviste un gran interés debido a sus características y a sus propiedades, principalmente el poder antioxidante, así la búsqueda de nuevas fuentes de pigmentos antociánicos constituye, hoy día, una línea de investigación prioritaria en varios proyectos científicos. Este hecho hace patente el desarrollo de nuevas técnicas de separación, identificación y cuantificación de pigmentos antociánicos en alimentos como la ciruela.
Así los antocianos que contiene la ciruela roja o morada tienen un potente efecto antioxidante, combatiendo a unas sustancias dañinas para la salud que son los radicales libres, las cuales las produce el propio organismo y que tienen la capacidad de dañar las células, jugando un papel fundamental en muchas enfermedades como ciertos tipos de cáncer, algunas enfermedades degenerativas y de la arteriosclerosis. Por este motivo los antocianos de la ciruela contribuyen a prevenir el riesgo de desencadenar enfermedades cerebrovasculares tales como la hipertensión arterial, el infarto de miocardio y la trombosis cerebral.
Pero el efecto más conocido sobre la salud que tiene esta fruta es el de ser un potente laxante, debido a su contenido en fibra, sorbitol e hidroxifenilxantina, todas ellas capaces de estimular el tránsito intestinal de una forma natural.
Por último, el elevado contenido en agua, potasio y ácido málico hace que se recomiende su ingesta en casos de elevación de los niveles de ácido úrico en la sangre.
Especial cuidado en su consumo, con moderación, deben tener los pacientes diabéticos por su alto contenido en hidratos de carbono; también en los pacientes con insuficiencia renal por su contenido en potasio; o en los pacientes que padezcan de piedras en el riñón de oxalato cálcico ya que el ácido oxálico que contienen las ciruelas moradas puede favorecer la formación de éstos.
La ciruela y sus propiedades curativas
El color rojo o morado de la ciruela se la confiere unas sustancias llamadas antocianos, los cuales son unos pigmentos naturales pertenecientes al grupo de los flavonoides, que se encuentran presentes en numerosos alimentos, frutos, flores y verduras, especialmente en uvas tintas y vinos, siendo por tanto un constituyente común en la dieta humana. Reviste un gran interés debido a sus características y a sus propiedades, principalmente el poder antioxidante, así la búsqueda de nuevas fuentes de pigmentos antociánicos constituye, hoy día, una línea de investigación prioritaria en varios proyectos científicos. Este hecho hace patente el desarrollo de nuevas técnicas de separación, identificación y cuantificación de pigmentos antociánicos en alimentos como la ciruela.
Así los antocianos que contiene la ciruela roja o morada tienen un potente efecto antioxidante, combatiendo a unas sustancias dañinas para la salud que son los radicales libres, las cuales las produce el propio organismo y que tienen la capacidad de dañar las células, jugando un papel fundamental en muchas enfermedades como ciertos tipos de cáncer, algunas enfermedades degenerativas y de la arteriosclerosis. Por este motivo los antocianos de la ciruela contribuyen a prevenir el riesgo de desencadenar enfermedades cerebrovasculares tales como la hipertensión arterial, el infarto de miocardio y la trombosis cerebral.
Pero el efecto más conocido sobre la salud que tiene esta fruta es el de ser un potente laxante, debido a su contenido en fibra, sorbitol e hidroxifenilxantina, todas ellas capaces de estimular el tránsito intestinal de una forma natural.
Por último, el elevado contenido en agua, potasio y ácido málico hace que se recomiende su ingesta en casos de elevación de los niveles de ácido úrico en la sangre.
Especial cuidado en su consumo, con moderación, deben tener los pacientes diabéticos por su alto contenido en hidratos de carbono; también en los pacientes con insuficiencia renal por su contenido en potasio; o en los pacientes que padezcan de piedras en el riñón de oxalato cálcico ya que el ácido oxálico que contienen las ciruelas moradas puede favorecer la formación de éstos.