¡Hola Pedro! La fotografía te he ha venido como anillo al dedo, para hablar de las chumberas ja, ja, ja,
¿Qué tal has pasado los san fermines?. Supongo que habrás dormido poco, por la televsión he visto un poco y da hasta miedo ver tanta gente, pero supongo que todo el mundo se lo pasa estupendamente. Para Agosto, creo que el 25 empienzan en San Sebastián de los Reyes las fiestas que los comparan con las de Pamplona, pero en pequeño. Algún año he ido a los encierros, pero reconozco que no es una cosa que me apasione. Ya queda poco para el mes de Agosto, lo estoy deseando, sobre todo porque dejo de trabajar que ya estoy un poco cansada.
Saludos a todos los foreros, los que escriben, los que nos leen, y en definitiva a todos los gunilleros.
¿Qué tal has pasado los san fermines?. Supongo que habrás dormido poco, por la televsión he visto un poco y da hasta miedo ver tanta gente, pero supongo que todo el mundo se lo pasa estupendamente. Para Agosto, creo que el 25 empienzan en San Sebastián de los Reyes las fiestas que los comparan con las de Pamplona, pero en pequeño. Algún año he ido a los encierros, pero reconozco que no es una cosa que me apasione. Ya queda poco para el mes de Agosto, lo estoy deseando, sobre todo porque dejo de trabajar que ya estoy un poco cansada.
Saludos a todos los foreros, los que escriben, los que nos leen, y en definitiva a todos los gunilleros.
¡Hola Rosa! La foto, aunque no se os ve muy nitida la cara a Julia y a ti, es como os recordaba y las chumberas, en fin; era un buen pretesto para exponer en la pagina de los mensajes a dos muy buenas amigas jaaaja.
Ay, los días de San Fermin me tienen enojado; me he pasado comiendo y bebiendo hasta el punto de ponerme en cien kilos. No me va la ropa y, estoy tan despechado conmigo mismo que llevo varios días a base de tomates y quesos frescos, nada de pan y muchísimos litros de agua para calmar este diablo de la tripa. Hace unos meses, cuando aún fumaba, sólo pesaba ochenta y dos kilitos pero al dejar de fumar empece a tomarunos vicios insalubles que hoy estoy combatiendo. Voy a intentar ponerme en unos setenta y nueve kilos procurando no caer en la anorexia. He dejado de conducir y procuro ir en autobús al trabajo para obligarme a salir un poco a pasear. Con los dolores de cadera me estaba volviendo falsete pero, desde estos cuatro días de reacción ya me he bajado hasta los noventa y cinco de peso y, aunque no es mucho, me está dando ánimos.
Las fiestas son para ser prudentes, sobre todo a nuestra edad (la de ahora) por que nuestro cuerpo ya no quema como antes esas dosis de caprichosos banquetes.
Pero... ¿quién dice no a un buen lechal, un estofadito de toro con sus patatitas y guisantes o esos caprichosos tapeos a la hora del vermú? y, por no seguir con esta tortura que ya me está haciendo babear; no me voy a los postres.
Comprendo que los toros no te digan gran cosa. Hay una edad en la que el gusto por las cosas cambia. El interés va acorde a las necesidades y el éxodo de la vida las va seleccionando; lo importante es saberse acomodar a esas etapas sin perder la ilusión.
Agosto está al caer, ya veré como se me plantean las cosas para intentar darme una escapadita por el pueblo. En principio no me quiero hacer ilusiones pero... Un abrazo Rosa.
Saludos para todos.
Ay, los días de San Fermin me tienen enojado; me he pasado comiendo y bebiendo hasta el punto de ponerme en cien kilos. No me va la ropa y, estoy tan despechado conmigo mismo que llevo varios días a base de tomates y quesos frescos, nada de pan y muchísimos litros de agua para calmar este diablo de la tripa. Hace unos meses, cuando aún fumaba, sólo pesaba ochenta y dos kilitos pero al dejar de fumar empece a tomarunos vicios insalubles que hoy estoy combatiendo. Voy a intentar ponerme en unos setenta y nueve kilos procurando no caer en la anorexia. He dejado de conducir y procuro ir en autobús al trabajo para obligarme a salir un poco a pasear. Con los dolores de cadera me estaba volviendo falsete pero, desde estos cuatro días de reacción ya me he bajado hasta los noventa y cinco de peso y, aunque no es mucho, me está dando ánimos.
Las fiestas son para ser prudentes, sobre todo a nuestra edad (la de ahora) por que nuestro cuerpo ya no quema como antes esas dosis de caprichosos banquetes.
Pero... ¿quién dice no a un buen lechal, un estofadito de toro con sus patatitas y guisantes o esos caprichosos tapeos a la hora del vermú? y, por no seguir con esta tortura que ya me está haciendo babear; no me voy a los postres.
Comprendo que los toros no te digan gran cosa. Hay una edad en la que el gusto por las cosas cambia. El interés va acorde a las necesidades y el éxodo de la vida las va seleccionando; lo importante es saberse acomodar a esas etapas sin perder la ilusión.
Agosto está al caer, ya veré como se me plantean las cosas para intentar darme una escapadita por el pueblo. En principio no me quiero hacer ilusiones pero... Un abrazo Rosa.
Saludos para todos.