BUSCANDO LOS HUEVOS AL REY
¡Ah, perdón! El titulo…ya sé. Ya sé que está fuera de contexto; supongo que por el espacio. Cómo los huevos (amanita cesárea) no son autóctonos pensé… tendré que cambiarle el título, así será más como un tema de conversación general; a lo que cabría dentro de un foro ya con rectitudes específicas. Y sin más, para el que quiera leer, os cuento:
Aprovechando la posibilidad de estas lluvias decidí volver al mismo sitio que la semana pasada. Ya no os voy a describir indumentaria ni bocadillos, para qué; lleve la misma. Y ¡cómo estaba hoy de gente! Una muchedumbre inesperada que, al igual que un servidor, no hacía aprecio al sirimiri que en continuo nos iba cubriendo de agua; supongo que quizás se confundía con el propio sudor, eso mismo me sucedía.
Entre unos helechos más altos que mi curvado cuerpo encontré las número uno. No os podéis hacer una idea de la enorme satisfacción que sentí. Una bocanada de éxito, un estímulo súbito que hizo que se me erizara el pelo (bueno…el poco que me queda). Ya desde ese mismo instante me sentí bautizado y, a pesar de mi alopecia, presentí que una ínfula de respeto me había ornado. Ahora, a pesar de no hallar esa hermosa amanita, me sentía justificado por haberlo intentado y, de ahora en adelante, la seguiré buscando de por vida pero sin tanto campaneo; siempre en la discreción de la paciencia y el azar de la providencia que son los dueños. El resto de hongos los cargué porque de entre ustedes observo algunos expertos y, por pura curiosidad y por que con estos hongos vengo, agradezco de antemano al que se digne hablarme de ellos.
Y, disculparme que cierre aquí este relato, la falta de ánimo me puede. Quizás de otros temas más centrados al pueblo, quizás otro día os cuente.
Un cordial saludo a todos mis paisanos y discúlpenme que hoy sea breve.
¡Buenas tardes y que pasen un feliz domingo!
¡Ah, perdón! El titulo…ya sé. Ya sé que está fuera de contexto; supongo que por el espacio. Cómo los huevos (amanita cesárea) no son autóctonos pensé… tendré que cambiarle el título, así será más como un tema de conversación general; a lo que cabría dentro de un foro ya con rectitudes específicas. Y sin más, para el que quiera leer, os cuento:
Aprovechando la posibilidad de estas lluvias decidí volver al mismo sitio que la semana pasada. Ya no os voy a describir indumentaria ni bocadillos, para qué; lleve la misma. Y ¡cómo estaba hoy de gente! Una muchedumbre inesperada que, al igual que un servidor, no hacía aprecio al sirimiri que en continuo nos iba cubriendo de agua; supongo que quizás se confundía con el propio sudor, eso mismo me sucedía.
Entre unos helechos más altos que mi curvado cuerpo encontré las número uno. No os podéis hacer una idea de la enorme satisfacción que sentí. Una bocanada de éxito, un estímulo súbito que hizo que se me erizara el pelo (bueno…el poco que me queda). Ya desde ese mismo instante me sentí bautizado y, a pesar de mi alopecia, presentí que una ínfula de respeto me había ornado. Ahora, a pesar de no hallar esa hermosa amanita, me sentía justificado por haberlo intentado y, de ahora en adelante, la seguiré buscando de por vida pero sin tanto campaneo; siempre en la discreción de la paciencia y el azar de la providencia que son los dueños. El resto de hongos los cargué porque de entre ustedes observo algunos expertos y, por pura curiosidad y por que con estos hongos vengo, agradezco de antemano al que se digne hablarme de ellos.
Y, disculparme que cierre aquí este relato, la falta de ánimo me puede. Quizás de otros temas más centrados al pueblo, quizás otro día os cuente.
Un cordial saludo a todos mis paisanos y discúlpenme que hoy sea breve.
¡Buenas tardes y que pasen un feliz domingo!