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LAGUNILLA: UN LUNES OTOÑAL (foto de Curro)...

UN LUNES OTOÑAL (foto de Curro)

¡Caray qué lunes! Hoy ha amanecido soplón, una ventisca ulula tras las contraventanas, atraviesa su aullido las persianas y los dobles paneles de vidrio. Llueve. Por fin ha llegado el otoño verdadero, el que todos identificamos. Hace un “día de perros””; esta frase la he escuchado desde que tengo consciencia, es la que usan mis mayores para hacer alusión a estas insufribles tempestades. Yo estoy alegre de ver por fin precipitaciones, agua que los embalses y la misma tierra ya estaban reclamando al cielo.
Sucede que los días turbios, aquellos que no se ve el cielo por los foscos nubarrones y nos tapa el calorcito de nuestro astro rey; la mente humana se obstruye, se entorpece de tal modo que hasta las extremidades fallan. Se nos apodera la desgana y el ánimo de estar recogidos al calorcito de nuestras casas y, si se puede, bien al abrigo del sueño tapaditos en la cama. Desde ahí mismo, con un libro o el periódico entre las manos intento dar prórroga a los quehaceres cotidianos y un poquito de sueño me secuestra, se me duermen las manos y, con la lectura abatida sobre la frente, se cierran los ojos y dormito. Pero al ratito la conciencia me llama: -“ ¡Despierta vago! Hay que fregar y recoger la cocina, orear la casa y hacer las camas; necesitas tiempo para guisar antes de coger el autobús. ¡Mira la hora! Ya estas a contra reloj ¡Arriba!” Y pongo pies al asunto. Una ducha termina por desperezarme y vuelvo a la rutina.