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LAGUNILLA: Hola MIly: Ya veo que que te gusta la miel. A mi nunca...

Hola amigos. Hoy os voy a mostrar uno de esos productos únicos y diferentes que buscas en toda España e incluso Europa y sólo se produce en un sitio, hablo de la miel de caña Nuestra Señora del Carmen. Esta vez le ha tocado al bello pueblo de Frigiliana (Málaga) en la comarca oriental de La Axarquía, limitando con Granada. Muy poca gente conoce este producto y su producción es tan limitada (300.000 kilos de miel anuales) que desde que lo conocemos y cada año que pasa, estamos temblando por si por los avatares de la vida un día de estos la empresa anuncia que desaparece. Desde luego es imaginármelo y ¡qué chasco más grande sería!, con lo que nos gusta verlo en las tiendas de productos típicos, y siempre que podemos tenerlo en casa, sería una pena enorme que dejáramos de verlo.

Pero bueno, sin ser agoreros y como esto no ha pasado, pues vamos a lo que vamos. El caso es que todo el que visita la costa tropical o la costa del sol puede acceder a la miel fácilmente, pero fuera de estos litorales ya es otro cantar. A veces nos hemos llevado la agradable sorpresa de encontrarlo en algunas grandes superficies (El Corte Inglés, Froiz etc). Supongo que habría que ponerse en contacto con ellos o preguntar en qué tiendas de nuestra zona podríamos encontrarlo, porque es el típico producto que se aparece, y nunca se encuentra.

Hola MIly: Ya veo que que te gusta la miel. A mi nunca me ha llamado mucho el consumo pero, como el cura del pueblo, nos ha regalado varias veces unos tarros de miel trabajada por unos chavales que tiene y dirige él en un centro de menores conflictivos (entiendase correccional de menores) pues siempre termino por echar unas cucharaditas en la leche para ir terminándola; generalmente en invierno.
La curiosidad me ha llevado a buscar esta información:

LA CAÑA DE AZUCAR Y SUS PROPIEDADES NATURISTAS

Saccharum officinarum, L.

Características

La caña de azúcar es uno de los vegetales más importantes y una fuente inagotable de riqueza para los países en que se cultiva. Mucho se ha escrito sobre esta maravillosa planta y hay divergencias científicas en cuanto a su origen. Según el obispo de Pernambuco, don Joaquín da Cunha de Azevedo Coutinho, en su Ensayo Económico impreso en 1774 por la Academia Real de Ciencias de Lisboa, fueron los portugueses y españoles que descubrieron la India, los primeros en aprender de los hindúes el modo de cultivar la caña y de fabricar el azúcar. Fundaron las primeras fábricas en las islas de Madeiro y Canarias y, más tarde, cuando hallaron esta planta en América, establecieron allí, por 1757, nuevas fábricas aún más perfeccionadas.

Uso medicinal y general de la caña

a. La caña asada cura la ictericia y los dolores renales.

b. El jugo de la caña tierna tiene una real eficacia en la diabetes (sacarina).

c. El cocimiento hecho con 100 gramos de caña mondada, en 1 litro de agua, es una bebida pectoral y antiinflamatoria muy recomendable.

d. El jugo de las cañas crudas, peladas, fermentado, es una bebida agradable, muy sana y fortificante, llamada guarapo. También se hace caña paraguaya, bebida alcohólica, la que, tomada en muy pequeñas cantidades, es muy tónica. Con el jugo puesto a fermentar con piña, marañones o cualquier otra fruta se fabrica una excelente sidra; pero para embotellarla hay que aplacar la fermentación y utilizar botellas muy resistentes, pues de otro modo revientan.

El azúcar

Es bien sabido que el azúcar es la base de todos los jarabes y entra en la composición de todos los licores, dulces, confites, melazas, jaleas, bebidas, etc.
Empleada con moderación y junto con otros alimentos, facilita mucho la asimilación. Es muy nutritiva, pues proporciona calor lo mismo que las féculas, almidones y grasas, y puede aumentar las reservas de grasa del organismo. Sin embargo, por sí sola no es suficiente para el alimento del hombre.

El azúcar mata instantáneamente los animales de sangre fría, tales como ranas, lagartos, etc.

El agua azucarada caliente, bebida después de las comidas, tiene propiedades estomacales bastante notables y facilita la digestión, pues excita la secreción salival y gástrica.

El agua azucarada fría, tomada a discreción, activa las secreciones del bajo vientre, y a veces hace desaparecer el estreñimiento que acompaña a ciertas dispepsias.
El azúcar aminora la picazón de la boca y garganta, disminuye su sequedad y facilita la expectoración y la locución.

El azúcar, disuelta en agua o en un poco de vino, regulariza los latidos del corazón y produce buen efecto para curar las aftas y las llagas atónicas. Se cree que puede emplearse contra el mal de piedra.

El azúcar es un contraveneno del cobre, arsénico, plomo, etc.

Se recomienda para lavar la carne y el pescado.
Algunos terrones de azúcar, comidos cuando se experimentan los primeros síntomas de la embriaguez alcohólica, la desvanecen.
El humo o vapor del azúcar quemada produce en los enfermos una transpiración suave y muy provechosa; sirve además como desodorante ambiental. Para calmar el dolor de las heridas, se quema sobre brasas azúcar en polvo y se exponen las partes heridas al humo.
En estado bruto v de melaza es laxante y se usa en lavativas.
Exteriormente, se usa también para aliviar la picadura de la cal viva que ha penetrado en los ojos.
Poniendo dos cucharaditas de azúcar en una botella de vino, con siete u ocho granos de trigo, dejando las botellas bien tapadas en un lugar fresco, durante dos o tres meses, vuelve los vinos como el moscatel.

Precauciones:

En gran cantidad y como consecuencia de su transformación en ácido láctico, el azúcar pone la boca espesa, pastosa, ácida, desgasta y corroe los dientes, eleva la temperatura, provoca estreñimiento y sed, apaga el apetito y produce dispepsias. Su abuso, por tanto, puede acarrear graves inconvenientes para la salud, tales como.: resblandecimiento de las encías, ulceración de la boca y una hipersecreción de ácido úrico. Rara vez se elimina en su estado natural, pues, después de su digestión, se transforma en glucosa bajo la influencia de los ácidos del estómago y se quema en el acto de ser absorbida. El gran mal que causa el azúcar es que ataca el esmalte de los dientes y produce la carie.

La miel no produce estos efectos.