¡Hola!
Día de los Inocentes. ¡No se porqué este día! Y si lo que nos cuenta la fe cristiana tiene fundamento (el degüello de los infantes). A veces creo que sin saber el porqué, podemos ejercer involuntariamente otro tipo de inocencia que daña sentimientos de otros, a veces difícil de evaluar. Se detecta por esas ausencias que se desvelan, por esos súbitos recuerdos que te asaltan en la almohada y te arañan. Puede ser un presentimiento telarañoso que nubla la mente y no nos deje valorar las cosas en su justa medida, ¿puede ser? ¿O quizás por esas notas de “Soledad”?. Solo puedo decir en toda causa. Lo siento, el error es solo mío.
Feliz año nuevo a todos.
Día de los Inocentes. ¡No se porqué este día! Y si lo que nos cuenta la fe cristiana tiene fundamento (el degüello de los infantes). A veces creo que sin saber el porqué, podemos ejercer involuntariamente otro tipo de inocencia que daña sentimientos de otros, a veces difícil de evaluar. Se detecta por esas ausencias que se desvelan, por esos súbitos recuerdos que te asaltan en la almohada y te arañan. Puede ser un presentimiento telarañoso que nubla la mente y no nos deje valorar las cosas en su justa medida, ¿puede ser? ¿O quizás por esas notas de “Soledad”?. Solo puedo decir en toda causa. Lo siento, el error es solo mío.
Feliz año nuevo a todos.
DÍA DE TODOS LOS INOCENTES
En algún momento de nuestras vidas sucede, nos sentimos agredidos o incomprendidos; nos vemos como víctimas inocentes. Siempre tendremos el presentimiento de ser inocentes de un destino inmerecido pero que, alternativamente va siguiéndonos durante el éxodo de nuestros pasos por este mundo agresivo y complaciente algunas veces. Yo pensé siempre que debía existir alguna fórmula que nos ayudara a paliar tanto sufrimiento inmerecido (pues la voluntad del ser humano rara vez busca el mal ajeno) y pensando, pensando…llegué a la conclusión de que es nuestra mente quien desea sufrir, que el problema no es mío sino de la aceptación que hago de los acontecimientos. Por ello os invito a no haceros daño a vosotros mismos y aceptar que nuestro entorno es perfecto, aunque algunas veces no se comulgue con nuestra satisfacción requerida.
No dejéis de ser felices y aceptaros con naturalidad; que nadie sufra inocentemente. Un abrazo a todos.
Pedro González Gallardo
En algún momento de nuestras vidas sucede, nos sentimos agredidos o incomprendidos; nos vemos como víctimas inocentes. Siempre tendremos el presentimiento de ser inocentes de un destino inmerecido pero que, alternativamente va siguiéndonos durante el éxodo de nuestros pasos por este mundo agresivo y complaciente algunas veces. Yo pensé siempre que debía existir alguna fórmula que nos ayudara a paliar tanto sufrimiento inmerecido (pues la voluntad del ser humano rara vez busca el mal ajeno) y pensando, pensando…llegué a la conclusión de que es nuestra mente quien desea sufrir, que el problema no es mío sino de la aceptación que hago de los acontecimientos. Por ello os invito a no haceros daño a vosotros mismos y aceptar que nuestro entorno es perfecto, aunque algunas veces no se comulgue con nuestra satisfacción requerida.
No dejéis de ser felices y aceptaros con naturalidad; que nadie sufra inocentemente. Un abrazo a todos.
Pedro González Gallardo