LLAMADAS EN AÑO NUEVO
Está la mañana soleada, la primera del 2012; brilla el día festivo en el tañido de las campanas. Los vecinos que aún madrugan, ahí se dirigen, pasando el río, sobre el puente en nubes de susurros y saludos que llegan a mi ventana. Hay una primera hora de misa para apresurados y otra para trasnochados. Entre calores de fiesta despiertan los últimos, asistidos de guitarristas a los servicios, acordes que acompañan salmos y ofertorios; evangelios y preces que terminan y empiezan con canciones; nacidas del alma bondadosa que a los feligreses prende. Y saliendo de misa la templanza, se arrastra a los terrazos del ángelus y, en comunión de abrigos y bufandas, véanse repletos los mesones de las cantinas y bodegones. Más adentro y al calorcillo algunas mesas de fritos y olivas; tampoco faltan los crustáceos, aquellos hermosos gambones. Y todo ello regado en vino, cervezas u otros refrescantes licores.
El murmullo del gentío apaga los oídos y se muestran siluetas solitarias en las barras cansadas, castigadas de codos y caras soñolientas; abatidos cuerpos que allí apoyan el último suspiro de energía que les queda, tras tan larga despedida a la noche de este último año que han superado.
Teléfono en mano llevan algunos incansables que felicitan. Otros, como un servidor, se esperan a tener un instante de paz y sosiego para llamar desde el supletorio a familiares del extranjero.
- ¡Hola Poli! - ¡Feliz año!-, reaccionan al otro lado. Tan súbito y explosivo sonó su voz que me ahogó en mi silencio; ya tan sólo escuchaba. Y con besos para todos ponía fin a un recital de afectos y preguntas que con cariño se apagaban. Resurgía la conversación entre novedosas curiosidades que ahí se despejaban:
“ ¿Conoces a Manchega del pueblo? No sé cómo se llama. Creo que Julio (pero no estoy seguro). Dice que te conoce y te manda recuerdos para ti y María. Debes de saber quién es. Estuvo en Morcenx, se fue desde muy pequeño del pueblo; asegura conocerte a ti y a María. En alguna ocasión os debió de visitar ahí en Francia. Seguro que le conoces pero…ya caerás quién es. “
¡Cómo, qué! ¿Qué conoces a quién? ¡Espera que me voy a tomar nota!
El tío de Julio (conocido por el “seises”. Julián (de la tía “panderina”). Que es hermano de de Felipe. Qué Julián es cura ¿Qué me dices? ¡Jo! O sea, que corría y hacía trastadas a las gallinas; vaya con el cura: ja, ja. Que cuando le preguntaste ¿cómo te han podido hacer cura? te confesó que ahí quieren a todo el mundo… ¡Qué bueno!
En fin, que paséis… (se quería despedir otra vez)
¡Espera, espera; no cuelgues! Se me olvidaba: “Recuerdos de un tal Narciso y Toñi.
- ¿Narciso?
-Un amigo de tu hermano Ramón y de mi hermano Juan. Viven al lado del Caño de las Monjas, junto a mi tía Manuela ¿Te acuerdas?
-Ah sí, era de la misma edad que mi hermano Ramón ¡Sí hombre sí!
Lo que pasa que todos nosotros nos hemos tenido que marchar desde muy jóvenes del pueblo y ahora casi no se hace uno a la idea; pero sí, sí…Narciso, cómo no. Vivían al lado de tu tía; ya lo creo que sí.
Bien, pues da muchos besos de nuestra parte para todos y ya te iré contando cosas por el correo de Avelina.
Está la mañana soleada, la primera del 2012; brilla el día festivo en el tañido de las campanas. Los vecinos que aún madrugan, ahí se dirigen, pasando el río, sobre el puente en nubes de susurros y saludos que llegan a mi ventana. Hay una primera hora de misa para apresurados y otra para trasnochados. Entre calores de fiesta despiertan los últimos, asistidos de guitarristas a los servicios, acordes que acompañan salmos y ofertorios; evangelios y preces que terminan y empiezan con canciones; nacidas del alma bondadosa que a los feligreses prende. Y saliendo de misa la templanza, se arrastra a los terrazos del ángelus y, en comunión de abrigos y bufandas, véanse repletos los mesones de las cantinas y bodegones. Más adentro y al calorcillo algunas mesas de fritos y olivas; tampoco faltan los crustáceos, aquellos hermosos gambones. Y todo ello regado en vino, cervezas u otros refrescantes licores.
El murmullo del gentío apaga los oídos y se muestran siluetas solitarias en las barras cansadas, castigadas de codos y caras soñolientas; abatidos cuerpos que allí apoyan el último suspiro de energía que les queda, tras tan larga despedida a la noche de este último año que han superado.
Teléfono en mano llevan algunos incansables que felicitan. Otros, como un servidor, se esperan a tener un instante de paz y sosiego para llamar desde el supletorio a familiares del extranjero.
- ¡Hola Poli! - ¡Feliz año!-, reaccionan al otro lado. Tan súbito y explosivo sonó su voz que me ahogó en mi silencio; ya tan sólo escuchaba. Y con besos para todos ponía fin a un recital de afectos y preguntas que con cariño se apagaban. Resurgía la conversación entre novedosas curiosidades que ahí se despejaban:
“ ¿Conoces a Manchega del pueblo? No sé cómo se llama. Creo que Julio (pero no estoy seguro). Dice que te conoce y te manda recuerdos para ti y María. Debes de saber quién es. Estuvo en Morcenx, se fue desde muy pequeño del pueblo; asegura conocerte a ti y a María. En alguna ocasión os debió de visitar ahí en Francia. Seguro que le conoces pero…ya caerás quién es. “
¡Cómo, qué! ¿Qué conoces a quién? ¡Espera que me voy a tomar nota!
El tío de Julio (conocido por el “seises”. Julián (de la tía “panderina”). Que es hermano de de Felipe. Qué Julián es cura ¿Qué me dices? ¡Jo! O sea, que corría y hacía trastadas a las gallinas; vaya con el cura: ja, ja. Que cuando le preguntaste ¿cómo te han podido hacer cura? te confesó que ahí quieren a todo el mundo… ¡Qué bueno!
En fin, que paséis… (se quería despedir otra vez)
¡Espera, espera; no cuelgues! Se me olvidaba: “Recuerdos de un tal Narciso y Toñi.
- ¿Narciso?
-Un amigo de tu hermano Ramón y de mi hermano Juan. Viven al lado del Caño de las Monjas, junto a mi tía Manuela ¿Te acuerdas?
-Ah sí, era de la misma edad que mi hermano Ramón ¡Sí hombre sí!
Lo que pasa que todos nosotros nos hemos tenido que marchar desde muy jóvenes del pueblo y ahora casi no se hace uno a la idea; pero sí, sí…Narciso, cómo no. Vivían al lado de tu tía; ya lo creo que sí.
Bien, pues da muchos besos de nuestra parte para todos y ya te iré contando cosas por el correo de Avelina.