Como no todo va a ser hablar de la crisis os pongo un enlace con algo de humor
http://www. eljueves. es/pagina/moncloa_palace_cuart a_temporada. html
Espero que os guste. Hay que saber reirse incluso de uno mismo pero en este caso parece más fácil.
http://www. eljueves. es/pagina/moncloa_palace_cuart a_temporada. html
Espero que os guste. Hay que saber reirse incluso de uno mismo pero en este caso parece más fácil.
GAMBERROS
Hay coleguillas ingeniosos que no desprecian un duro. Véase en el cine a ese grupo de sin vergüenzas que se sientan tras de aquel señor que es calvo. Y ya, apagadas las luces de la sala, todos se centran en la película; hasta que un instigador del grupo se aburre y ofrece cierta recompensa:
- ¿Veis a ese calvo? Doy veinte euros a quien le dé una “chapada” en la calva. - Todos callan. Menos uno de ellos que, impudoroso, se pone tras del hombre y lo golpea:
- ¡Coña Carlos tu aquí! –disimula-
- ¡Perdone que le diga que usted se equivoca! – responde ofendida la víctima -. Y el agresor se disculpa, vuelve ante su grupo y cobra.
- ¡Otros veinte si vuelves a darle otra!
-Se gira y… ¡zas! Sonó de nuevo la otra.
- ¿Qué…?-responde aterrorizado el calvo.
- ¡Venga Carlos! no disimules; que aunque hace mucho tiempo que no te veo, recuerdo muy bien tu manera de vacilar.
- ¡Ya le digo que se ha equivocado!- Y molesto se levanta herido de rabia y se cambia de fila hacia los asientos más alejados. El chulesco agresor retorna a su asiento y recibe otros veinte euros.
- ¡Cien te voy a dar! Pero tienes que ir al mismo hombre de antes. – Se levanta de su butaca, lo busca y… ¡zas!
¡Hola Carlos! Te he estado confundiendo con un señor que se te parecía horrores allá en la penúltima fila.
EN FIN, QUIÉN QUIERE MOLESTAR SIEMPRE HALLA UNA RAZÓN.
¡SON CIEN EUROS!
Saludos para todos y me uno al humor con Miguel.
Hay coleguillas ingeniosos que no desprecian un duro. Véase en el cine a ese grupo de sin vergüenzas que se sientan tras de aquel señor que es calvo. Y ya, apagadas las luces de la sala, todos se centran en la película; hasta que un instigador del grupo se aburre y ofrece cierta recompensa:
- ¿Veis a ese calvo? Doy veinte euros a quien le dé una “chapada” en la calva. - Todos callan. Menos uno de ellos que, impudoroso, se pone tras del hombre y lo golpea:
- ¡Coña Carlos tu aquí! –disimula-
- ¡Perdone que le diga que usted se equivoca! – responde ofendida la víctima -. Y el agresor se disculpa, vuelve ante su grupo y cobra.
- ¡Otros veinte si vuelves a darle otra!
-Se gira y… ¡zas! Sonó de nuevo la otra.
- ¿Qué…?-responde aterrorizado el calvo.
- ¡Venga Carlos! no disimules; que aunque hace mucho tiempo que no te veo, recuerdo muy bien tu manera de vacilar.
- ¡Ya le digo que se ha equivocado!- Y molesto se levanta herido de rabia y se cambia de fila hacia los asientos más alejados. El chulesco agresor retorna a su asiento y recibe otros veinte euros.
- ¡Cien te voy a dar! Pero tienes que ir al mismo hombre de antes. – Se levanta de su butaca, lo busca y… ¡zas!
¡Hola Carlos! Te he estado confundiendo con un señor que se te parecía horrores allá en la penúltima fila.
EN FIN, QUIÉN QUIERE MOLESTAR SIEMPRE HALLA UNA RAZÓN.
¡SON CIEN EUROS!
Saludos para todos y me uno al humor con Miguel.
