Cuenta el saber popular, que entre la ermita de Santa Ana y hornacinos hay un túnel.
En hornacinos había un poblado musulmán, en el que habitaba una procesa mora que se había convertido al cristianismo y subía a escuchar misa los domingos, libre de miradas que pudieran denunciarla.
Uno de los domingos en que acudía a misa, oyó voces fuera de la ermita contra los musulmanes, aterrada por lo que oyó, salió corriendo por el angosto túnel y en su frenética carrera, tropezó perdiendo el collar que llevaba.
Había llegado la reconquista a estas tierras.
Hoy en día, se desconoce donde está ese túnel.
Don Segundo, párroco del pueblo de 1942 a 1957,, estuvo excavando alrededor de la ermita, no encontró el túnel, dejó de excavar por falta de financiación.
Otro día más.
En hornacinos había un poblado musulmán, en el que habitaba una procesa mora que se había convertido al cristianismo y subía a escuchar misa los domingos, libre de miradas que pudieran denunciarla.
Uno de los domingos en que acudía a misa, oyó voces fuera de la ermita contra los musulmanes, aterrada por lo que oyó, salió corriendo por el angosto túnel y en su frenética carrera, tropezó perdiendo el collar que llevaba.
Había llegado la reconquista a estas tierras.
Hoy en día, se desconoce donde está ese túnel.
Don Segundo, párroco del pueblo de 1942 a 1957,, estuvo excavando alrededor de la ermita, no encontró el túnel, dejó de excavar por falta de financiación.
Otro día más.