Un caso semejante escuché en Zarza de Granadilla. Un alimañero del vecino pueblo de Lagunilla (Salamanca) había capturado vivo un gran lobo y, sobre un carro, lo paseaba enjaulado por los pueblos del norte de Cáceres en demanda de las correspondientes propinas de los ganaderos. En todos los lugares el animal era objeto de los peores tratos. Llegado a Zarza, un pastor que había sido víctima de una lobada reciente, introdujo un calabozo entre los barrotes de la jaula, al tiempo que decía: «Este lobo como mejor puede estar es muerto». El golpe de la podadera no logró acabar con su vida, aunque sí le cortó una garra. Sorprendentemente todos cuantos contemplaron el lance pudieron ver cómo el lobo emitió un quejido humano y acto seguido su apariencia lobuna se transformó en la de un hombre adulto que, al decir de los habitantes de Zarza, era un paisano suyo al que habían dado por desaparecido hacía siete años.
Es cierto que se llevaban los lobos atrapados por los pueblos de la zona, los ganaderos agradecían que se les librase de los predadores de su ganado, dando a sus captores alguna moneda, morcilla o trozos de tocino.
La verdad es que los lobos grandes se mostraban muertos, terciado sobre alguna caballería; los pequeños sí se llevaban vivos, metidos en banastas.
Cuando Tintín lobero y compañía iban a buscar lobeznos a sus madrigueras, había veces que botaban que la loba se había llevado alguno o todos y vuelta a buscarlos.
Las lobas al igual que perras y gatas, cambian de lugar a sus crías, para asegurar que nadie los encuentre.
Las loba suelen parir de dos a tres cachorros.
Cuando los captores de lobeznos mostraban un solo ejemplar, las mentes calenturientas, que siempre las ha habido, creían que los dejaban en el campo, para que no se acabaran nunca.
A estos pequeños los llevaban un día a cada cabrero, para que les dieran de mamar las cabras, hasta que después de mostrados por los pueblos, les daban muerte.
! Ah! mi abuelo solo fue una vez.
Hablando de Zarza de Granadilla un hijo del Sr. Tintín se casó ahí.
La verdad es que los lobos grandes se mostraban muertos, terciado sobre alguna caballería; los pequeños sí se llevaban vivos, metidos en banastas.
Cuando Tintín lobero y compañía iban a buscar lobeznos a sus madrigueras, había veces que botaban que la loba se había llevado alguno o todos y vuelta a buscarlos.
Las lobas al igual que perras y gatas, cambian de lugar a sus crías, para asegurar que nadie los encuentre.
Las loba suelen parir de dos a tres cachorros.
Cuando los captores de lobeznos mostraban un solo ejemplar, las mentes calenturientas, que siempre las ha habido, creían que los dejaban en el campo, para que no se acabaran nunca.
A estos pequeños los llevaban un día a cada cabrero, para que les dieran de mamar las cabras, hasta que después de mostrados por los pueblos, les daban muerte.
! Ah! mi abuelo solo fue una vez.
Hablando de Zarza de Granadilla un hijo del Sr. Tintín se casó ahí.