Recuerdo de la saca del “Pincollo”
A mí como a Guniber, no por sabido también me ha sorprendido que el “Pincollo” en nuestro pueblo (en algunos lugares Mallo) sea un pino. Por cierto un formidable ejemplar.
Un evento que perdura en mi recuerdo de los años 50 cuanto a festejo de quintos, era el acarreo de un enorme tronco de castaño donado por pueblo a beneficio de los mozos-as para los festejos que se llevaban a cabo con motivo de la “talla militar” (la economía familiar no daba para muchos eventos).
Como dice Guniber, la corporación ofrecía un “Pincollo” a escoger en el monte con el asesoramiento del guarda-bosques, solía ser un buen ejemplar en cuanto a vara y diámetro (hay que tener en cuenta que el beneficio estaba en el volumen del castaño). El día que se procedía a la saca, desde bien temprano se juntaban los mozos. Pertrechos de aperos y buenas sogas, caballos y yuntas de bueyes, junto a familiares y amigos marchaban con gran animosidad en busca del apreciado madero, faena que les llevaba hasta más allá del mediodía. Cerca ya del pueblo salía mucha gente al el encuentro, no podía faltar una retahíla de niños, al Portillo Ventoso, que nos parecía lejísimos. Subiendo la “Fuente el Cuerno” por un camino pedregoso y estrecho (no como ahora), dos o tres yuntas tiraban de carros abiertos portando un enorme y pesado tronco “enmaromado”. Jaleando los bueyes que retorcían sus cabezas amarradas al yugo, los carros eran ayudados a avanzar por manos apelotonadas sobre los radios de sus enormes ruedas, todos a una, era un espectáculo sin igual. Todo era una escena de esfuerzo, todo se retorcía, ejes, buey, carro y hombres, ruedas que saltaban sobre los enormes cantos del camino haciendo saltar chispas bajo su zapata metálica, daba la impresión que en cualquier momento se podrían venir todo abajo. Eran escenas espectaculares para nuestros ojos de niño. Todavía hoy día, con aquellos medios haría falta la maña de aquellos hombres para llevar a cavo aquel trasporte. También era momentos representativos de colaboración, unión y fuerza por parte de mucha gente.
Solo presencié una vez esta saca. Saludos.
A mí como a Guniber, no por sabido también me ha sorprendido que el “Pincollo” en nuestro pueblo (en algunos lugares Mallo) sea un pino. Por cierto un formidable ejemplar.
Un evento que perdura en mi recuerdo de los años 50 cuanto a festejo de quintos, era el acarreo de un enorme tronco de castaño donado por pueblo a beneficio de los mozos-as para los festejos que se llevaban a cabo con motivo de la “talla militar” (la economía familiar no daba para muchos eventos).
Como dice Guniber, la corporación ofrecía un “Pincollo” a escoger en el monte con el asesoramiento del guarda-bosques, solía ser un buen ejemplar en cuanto a vara y diámetro (hay que tener en cuenta que el beneficio estaba en el volumen del castaño). El día que se procedía a la saca, desde bien temprano se juntaban los mozos. Pertrechos de aperos y buenas sogas, caballos y yuntas de bueyes, junto a familiares y amigos marchaban con gran animosidad en busca del apreciado madero, faena que les llevaba hasta más allá del mediodía. Cerca ya del pueblo salía mucha gente al el encuentro, no podía faltar una retahíla de niños, al Portillo Ventoso, que nos parecía lejísimos. Subiendo la “Fuente el Cuerno” por un camino pedregoso y estrecho (no como ahora), dos o tres yuntas tiraban de carros abiertos portando un enorme y pesado tronco “enmaromado”. Jaleando los bueyes que retorcían sus cabezas amarradas al yugo, los carros eran ayudados a avanzar por manos apelotonadas sobre los radios de sus enormes ruedas, todos a una, era un espectáculo sin igual. Todo era una escena de esfuerzo, todo se retorcía, ejes, buey, carro y hombres, ruedas que saltaban sobre los enormes cantos del camino haciendo saltar chispas bajo su zapata metálica, daba la impresión que en cualquier momento se podrían venir todo abajo. Eran escenas espectaculares para nuestros ojos de niño. Todavía hoy día, con aquellos medios haría falta la maña de aquellos hombres para llevar a cavo aquel trasporte. También era momentos representativos de colaboración, unión y fuerza por parte de mucha gente.
Solo presencié una vez esta saca. Saludos.