AROMAS DE VIDA
Sobre nuestras sensibilidades destaca el amor eterno a esos aromas que desprende la leña quemada, el pan o el puchero; también se unen a estas realidades la fragancia natural de una madre y unos hermanos; aquel padre sudoroso con la alegría por manto, calor de hogar humilde pero siempre tan sano. Olor al desván que guarda misterios entre apeos en desuso: largas palas, y listones largos; raseros y horcas para mover sarmientos de las brasas, cuajaderas y bastidores de aquellas artes culinarias que transforman la leche en queso; calabazas secas y rastreros suelos para albergar habichuelas de secado. Morcillas y chorizos pendiendo. Un camastro retirado y algunos jergones viejos que, al asomo de las vetustas lanas de los colchones, fueron descanso de nuestros cuerpos.
Sobre nuestras sensibilidades destaca el amor eterno a esos aromas que desprende la leña quemada, el pan o el puchero; también se unen a estas realidades la fragancia natural de una madre y unos hermanos; aquel padre sudoroso con la alegría por manto, calor de hogar humilde pero siempre tan sano. Olor al desván que guarda misterios entre apeos en desuso: largas palas, y listones largos; raseros y horcas para mover sarmientos de las brasas, cuajaderas y bastidores de aquellas artes culinarias que transforman la leche en queso; calabazas secas y rastreros suelos para albergar habichuelas de secado. Morcillas y chorizos pendiendo. Un camastro retirado y algunos jergones viejos que, al asomo de las vetustas lanas de los colchones, fueron descanso de nuestros cuerpos.
Pedro G. ha narrado en varios pasajes de este foro las vivencias de su infancia, como la de muchos de nosotros, con una sensibilidad entrañable; como recuerda su hogar, sus padres y hermanos, la vida en blanco y negro de un pueblo, ¿quizás idealizada con los años y dulcificado su duro devenir diario en nuestra imaginación? Me pregunto a menudo si con los años nuestro imaginario no guardará solo los buenos recuerdos y por automatismo descartará los desagradables. Fuese como fuere, el caso es que la felicidad nuestra y la de nuestro entorno depende muy mucho de nuestro propio optimismo.
Saludos.
Saludos.