CALLEJÓN TENEBROSO
Ya sé que te he temido siempre arcano recorrido, que te reías de mí cuando mis padres me enviaban con el botijo ¡Vete al caño muchacho! y que no se derrame el agua cuando vuelvas de camino. Ya era tarde muy oscura para adentrarme entre la mohosa y umbría calleja sin dejar de sentir ese éter, el de tu aliento, calando mis huesillos. Trémulas las manos apreté mi puño, no cascaba el asidero a tal presión; los alfareros cocieron bien su arcilla y su barro para que yo pudiera salir corriendo por esa cuesta abajo. Y aquellos sudores fríos cesaban mientras escuchaba gorgotear el caño, en una soledad presente; rumiando bajo la luna y aquel plateado chorro ¡cómo volver volando para casa! Los fantasmas de mi mente eran tan palaciegos…
<<recuerdos>> Pedro G. G.
Ya sé que te he temido siempre arcano recorrido, que te reías de mí cuando mis padres me enviaban con el botijo ¡Vete al caño muchacho! y que no se derrame el agua cuando vuelvas de camino. Ya era tarde muy oscura para adentrarme entre la mohosa y umbría calleja sin dejar de sentir ese éter, el de tu aliento, calando mis huesillos. Trémulas las manos apreté mi puño, no cascaba el asidero a tal presión; los alfareros cocieron bien su arcilla y su barro para que yo pudiera salir corriendo por esa cuesta abajo. Y aquellos sudores fríos cesaban mientras escuchaba gorgotear el caño, en una soledad presente; rumiando bajo la luna y aquel plateado chorro ¡cómo volver volando para casa! Los fantasmas de mi mente eran tan palaciegos…
<<recuerdos>> Pedro G. G.