CHUZOS DE HIELO
Qué veneno nos dieron hermano, al instante nos enfriaron; intenté subir sobre el muro ávido por alcanzar la gloria, de respirar aire puro y oxigeno aquel del sano. Raudo me fui al techo, donde quedé presente con estas manos. Vedme aquí ya abatido por lluvia y frio, mis dedos ya deformados; amorfa presencia me queda de lo que un día fueron mis manos.
Mása de mi imaginación: Pedro G. G.
Un abrazo para todos y, para Guniber, mi agradecimiento por tenerme en tan alta estima.
Qué veneno nos dieron hermano, al instante nos enfriaron; intenté subir sobre el muro ávido por alcanzar la gloria, de respirar aire puro y oxigeno aquel del sano. Raudo me fui al techo, donde quedé presente con estas manos. Vedme aquí ya abatido por lluvia y frio, mis dedos ya deformados; amorfa presencia me queda de lo que un día fueron mis manos.
Mása de mi imaginación: Pedro G. G.
Un abrazo para todos y, para Guniber, mi agradecimiento por tenerme en tan alta estima.