EN PRIMERA FILA
Qué pocos días quedan para tomar el relevo, para sentar las posaderas en mi querido pueblo; contando con los que habéis estado y, al fragor de estos presentes de primaveras y tormentas, de las muchas y muchas imágenes que mis veteranos cuelgan; siento el calor en el pecho y el aroma de mi tierra. Ansía el alma salir de su cuerpo y penetrar ávida en esas presentaciones de “Maja Primera”, arrimarse taciturna al calor de las flameantes llamas de la lumbre, de esos palos que ahí se queman. Ni qué decir tras los visillos de los senderos que parten atrevidos bajo la lluvia, en busca de los floridos cerezos y despiertos tomillos que el oxigeno endulza. ¡Ay pueblo, pueblo! ¿Qué tienes o que guardas en tus bolsillos que tanto y tanto deslumbras?
Pedro G. G. A esos paisanos que acompañan estas páginas de consuelo y encuentros compartidos.
Qué pocos días quedan para tomar el relevo, para sentar las posaderas en mi querido pueblo; contando con los que habéis estado y, al fragor de estos presentes de primaveras y tormentas, de las muchas y muchas imágenes que mis veteranos cuelgan; siento el calor en el pecho y el aroma de mi tierra. Ansía el alma salir de su cuerpo y penetrar ávida en esas presentaciones de “Maja Primera”, arrimarse taciturna al calor de las flameantes llamas de la lumbre, de esos palos que ahí se queman. Ni qué decir tras los visillos de los senderos que parten atrevidos bajo la lluvia, en busca de los floridos cerezos y despiertos tomillos que el oxigeno endulza. ¡Ay pueblo, pueblo! ¿Qué tienes o que guardas en tus bolsillos que tanto y tanto deslumbras?
Pedro G. G. A esos paisanos que acompañan estas páginas de consuelo y encuentros compartidos.