HORIZONTE NUBLADO
Y, cómo puede ser, llega otro día festivo más y yo aquí; sin otra satisfacción que mirar por la ventana y contemplar el cielo ya despejado y azul. Un sol tempranero que invita a salir corriendo a la calle y pisar el raso ya seco de las pretéritas lluvias de todo el fin de semana. Ahora mismo deben estar aviándose todas aquellas almas que se congregarán en la plaza tras desfilar por las calles con sus pancartas, identificando sus protestas y sindicatos. Hoy es ese día del año en el que gusta hablar y reclamar antes de terminar en las copiosas barras de aperitivos ante el estrépito tintineo de los vasos de vermú o vinos caprichosos que acompañan los selectos bocados. Fritangas de tigres, calamares y pimientos rellenos, jamón y queso empanado. ¡Ya está decidido! Yo también me visto y me calzo los zapatos. Salgo a ese encuentro social y democrático. Y, si no se nos escucha, por lo menos… lo habremos intentado.
En la tarde ya veremos. Depende de otro ánimo, de si los huesos aguantan y si el cuerpo no está cansado. De humor de la señora que… no os voy a contar tanto. Los días son sensibles a lo que se pretende y se puede según se den algunos estados. También se juntan labores que, por su rezago, merman las ilusiones y son un mal trago. Así, siempre que se pueda, haz lo que deseas sin postergarlo. ¿Quién acierta el mañana? Si puedes hoy… ¡Hazlo!
¡Aúpa mi pueblo!
Desde Pamplona: Pedro G. G
Y, cómo puede ser, llega otro día festivo más y yo aquí; sin otra satisfacción que mirar por la ventana y contemplar el cielo ya despejado y azul. Un sol tempranero que invita a salir corriendo a la calle y pisar el raso ya seco de las pretéritas lluvias de todo el fin de semana. Ahora mismo deben estar aviándose todas aquellas almas que se congregarán en la plaza tras desfilar por las calles con sus pancartas, identificando sus protestas y sindicatos. Hoy es ese día del año en el que gusta hablar y reclamar antes de terminar en las copiosas barras de aperitivos ante el estrépito tintineo de los vasos de vermú o vinos caprichosos que acompañan los selectos bocados. Fritangas de tigres, calamares y pimientos rellenos, jamón y queso empanado. ¡Ya está decidido! Yo también me visto y me calzo los zapatos. Salgo a ese encuentro social y democrático. Y, si no se nos escucha, por lo menos… lo habremos intentado.
En la tarde ya veremos. Depende de otro ánimo, de si los huesos aguantan y si el cuerpo no está cansado. De humor de la señora que… no os voy a contar tanto. Los días son sensibles a lo que se pretende y se puede según se den algunos estados. También se juntan labores que, por su rezago, merman las ilusiones y son un mal trago. Así, siempre que se pueda, haz lo que deseas sin postergarlo. ¿Quién acierta el mañana? Si puedes hoy… ¡Hazlo!
¡Aúpa mi pueblo!
Desde Pamplona: Pedro G. G