EL QUE COME ESCAPA... (refranero Español de Javier).
EL QUE COME ESCAPA
(REFRANERO ESPAÑOL)
En todos los tiempos pasados, presentes y futuros, se ha mencionado mucho dicha frase de “El que come escapa”, pues estaba dirigida hacia los enfermos o pobretones que no probaban bocado apenas y por consiguiente se debilitaban tanto que no podían tenerse
con “el pelo”, como se solía decir antaño.
En épocas antiguas donde no se solía comer ni un plato, ni mucho menos dos, postre u otros menesteres, bastante tenían los parias del lugar con llevarse a la boca un poco de pan, maiz, alguna hortaliza del campo, arroces, cebadas, algarrobas y con mucho lujo hasta algún poco de leche, carne, así como algún pescado de mar o rio.
No obstante esta frase últimamente ha estado marcada por el buen quedar, con una
educación insoslayable en conversaciones de visitas a enfermos o personas mayores
octogenarias, que para no destacar en eufemismos, se le anima a la persona que se
contenta con oír esta frase, también a los de su alrededor.
Efectivamente que esto no cura la desgana del apetito perdido, pues esta falsa frase
un tanto macabra llega a producir un efecto contrario al deseado, pues angustia un poco
mas a la persona agnóstica de viandas nobles, que comprime o contrae su estómago
mas aún si cabe para que los nervios traicioneros hagan una bola mas dura con los
ácidos absorbicos estomacales del individuo/a, que es muy melindrón con todas las
comidas que le ofrezcan, las ve como un enemigo a batir, saliendo triunfante, liberado
al rechazar cualquier intento de llevarse a la boca las vitaminas que el cuerpo humano necesita para “escapar”, de la debilidad, de la desnutrición, y por lo tanto el circulo
se cierra en torno al “cataplasma” de la sinrazón de existir, vivir y continuar.
La angustia del corazón, manda al cerebro y viceversa señales elocuentes de preaviso
sobre la flaquedad humana, que se confunde con la debilidad, cuando no se llega a saber cual de las dos actúa, o quizás las dos darán la batalla al desánimo inconsciente al reo
de si mismo que va cayendo en un pozo oscuro del que, o se sale indedme en unos dias o semanas, o no se sale ya, porque se ha llegado tarde, porque la hora tenia que llegar
irremediablemente, porque el destino no se escribe, esta ya escrito desde el principio,
claro esta dicho fin, que justifica que hubo dicho comienzo, pues para que tenga que llegar el dia en que se acaba el ciclo, ya no quedan mas créditos para “escapar” aunque se coma las frases educadas de ánimo y de lo irremediable, pues nada se puede hacer
por intentar cambiar lo que tiene que suceder se coma o no se coma. En realidad no
se puede escapar del destino, porque él esta allí, y siempre lo ha estado, solo que nunca se sabe el dia, hora, año que se hace presente en el dia que no lo esperabas, pero que nunca faltó a la cita del comensal de turno.
Autor del articulo. JAVIERINTER. SPAIN. CEE
EL QUE COME ESCAPA
(REFRANERO ESPAÑOL)
En todos los tiempos pasados, presentes y futuros, se ha mencionado mucho dicha frase de “El que come escapa”, pues estaba dirigida hacia los enfermos o pobretones que no probaban bocado apenas y por consiguiente se debilitaban tanto que no podían tenerse
con “el pelo”, como se solía decir antaño.
En épocas antiguas donde no se solía comer ni un plato, ni mucho menos dos, postre u otros menesteres, bastante tenían los parias del lugar con llevarse a la boca un poco de pan, maiz, alguna hortaliza del campo, arroces, cebadas, algarrobas y con mucho lujo hasta algún poco de leche, carne, así como algún pescado de mar o rio.
No obstante esta frase últimamente ha estado marcada por el buen quedar, con una
educación insoslayable en conversaciones de visitas a enfermos o personas mayores
octogenarias, que para no destacar en eufemismos, se le anima a la persona que se
contenta con oír esta frase, también a los de su alrededor.
Efectivamente que esto no cura la desgana del apetito perdido, pues esta falsa frase
un tanto macabra llega a producir un efecto contrario al deseado, pues angustia un poco
mas a la persona agnóstica de viandas nobles, que comprime o contrae su estómago
mas aún si cabe para que los nervios traicioneros hagan una bola mas dura con los
ácidos absorbicos estomacales del individuo/a, que es muy melindrón con todas las
comidas que le ofrezcan, las ve como un enemigo a batir, saliendo triunfante, liberado
al rechazar cualquier intento de llevarse a la boca las vitaminas que el cuerpo humano necesita para “escapar”, de la debilidad, de la desnutrición, y por lo tanto el circulo
se cierra en torno al “cataplasma” de la sinrazón de existir, vivir y continuar.
La angustia del corazón, manda al cerebro y viceversa señales elocuentes de preaviso
sobre la flaquedad humana, que se confunde con la debilidad, cuando no se llega a saber cual de las dos actúa, o quizás las dos darán la batalla al desánimo inconsciente al reo
de si mismo que va cayendo en un pozo oscuro del que, o se sale indedme en unos dias o semanas, o no se sale ya, porque se ha llegado tarde, porque la hora tenia que llegar
irremediablemente, porque el destino no se escribe, esta ya escrito desde el principio,
claro esta dicho fin, que justifica que hubo dicho comienzo, pues para que tenga que llegar el dia en que se acaba el ciclo, ya no quedan mas créditos para “escapar” aunque se coma las frases educadas de ánimo y de lo irremediable, pues nada se puede hacer
por intentar cambiar lo que tiene que suceder se coma o no se coma. En realidad no
se puede escapar del destino, porque él esta allí, y siempre lo ha estado, solo que nunca se sabe el dia, hora, año que se hace presente en el dia que no lo esperabas, pero que nunca faltó a la cita del comensal de turno.
Autor del articulo. JAVIERINTER. SPAIN. CEE