NO QUISIMOS MADRUGAR (ÚLTIMANDO)
Quedé invitado a usar nuestro ayuntamiento en plena libertad por nuestro alcalde (cosa que agradecí), me acerqué y tomé esta foto del tablón de anuncios y me marché.
Subiendo por la calle del Emigrante, a pocos metros, di con mi padrino Pedro “el serrana” y nos detuvimos a tomar un culito de vino y algunas onzas de lomo embuchado que, quien me saco de pila, corto gruesas de intención. Tanto ese pan único de nuestro horno (que tanto adoro yo), los puso raudo sobre la mesa y, mi madrina, amagaba sacar más cosas; pero le hice desistir yo. Allá sus vetustos y alegres rostros, siempre tan entregados a este honor de aprecio y cariño de ellos nos acompañó. Breve por nuestras prisas pero muy largo de intención, pedimos disculpas y salimos hacia el cerro apresurados por el reloj.
Habrá más temas de nuestro pueblo en próximas entregas.
Mi cordial saludo a todos: Pedro G. G.
Quedé invitado a usar nuestro ayuntamiento en plena libertad por nuestro alcalde (cosa que agradecí), me acerqué y tomé esta foto del tablón de anuncios y me marché.
Subiendo por la calle del Emigrante, a pocos metros, di con mi padrino Pedro “el serrana” y nos detuvimos a tomar un culito de vino y algunas onzas de lomo embuchado que, quien me saco de pila, corto gruesas de intención. Tanto ese pan único de nuestro horno (que tanto adoro yo), los puso raudo sobre la mesa y, mi madrina, amagaba sacar más cosas; pero le hice desistir yo. Allá sus vetustos y alegres rostros, siempre tan entregados a este honor de aprecio y cariño de ellos nos acompañó. Breve por nuestras prisas pero muy largo de intención, pedimos disculpas y salimos hacia el cerro apresurados por el reloj.
Habrá más temas de nuestro pueblo en próximas entregas.
Mi cordial saludo a todos: Pedro G. G.