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LAGUNILLA: DESDE LA IMAGINACIÓN A LA REALIDAD: LOS HORCOS (7)...

DESDE LA IMAGINACIÓN A LA REALIDAD: LOS HORCOS (7)

Qué sinuoso pensamiento guardaba aquel silencioso hermano ¿Por qué se le perdía la mirada sobre ese insinuado remanso? ¿Qué le traía o llevaba en recuerdo mientras al agua miraba? Unos segundos embelesados, atónitos en el vacio de palabras, fueron suficientes para que él se pronunciara.

-En ese remanso del arrollo me salvé de ser arrastrado hasta la cascada. Sucedió cuando pastoreaba las cabras de padre. Por aquel entonces este arroyo iba muy crecido y se llevó una de las cabras. Sucedió al pasar ahí más arriba, sobre las piedras que poníamos para vadear el arroyo. Salte al agua a por ella y, a pesar del esfuerzo, también a mi me arrastraba; ya la tenía en los brazos mientras me llevaba. Hice un esfuerzo y, estirando los brazos, la lance fuera de peligro; luego me agarré a una de esas matas y, como bien pude, luché por sacar las piernas por el agua tan pesadas. Reptando y dando zarpazos de mata en mata.

- ¡Menuda aventura! ¿Se entró padre de eso?

- No quise contarlo- Confesó recuperando el mando y proponía bajar a la altura de la boca del pozo. Yo miré la caída del sendero y el reloj (eran las cinco y veinticinco de la tarde). Pensé que nos entretendría mucho regresar ya desde donde estábamos y negué la intención. Propuse volver y darnos una ducha e intentar alegrar a nuestras esposas con una salida por Lagunilla. Ya se sabe: unas rondas en los bares. Llevábamos todo el día fuera, de excursión en excursión y, seguramente, se estén cabreando con nosotros. Parecemos dos egoístas.

Pedro G. G. está achicharrado de calor. En navarra hemos llegado a los treinta y un grados.

Mis saludos para todos los “gunilleros” que aún seguís conectados.