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CALLE PUNTA BRAVA (3)
Juntos seguimos bajando al encuentro de ese tramo que marca la calle Mayor y giramos a la derecha hasta que dimos con la entrada a Punta Brava en nuestra izquierda. Número trece. Hice por abrir la puerta. Cerrado a cal y canto. Narciso y Toñi deben de estar fuera (pensé). Pero mira por dónde, mientras yo tomaba un trago de agua, en ese caño de las monjas; soltó lengua mi hermano para hablarnos de puertas. Señalando de enfrente, una fachada hermosa, confesó ser quinto de Mariano “Valero”; dueño de la casa aquella. Y ¿qué interés tiene tal confidencia? Pues este paisano nuestro está en Navarra y ostenta un célebre cargo en nuestra ciudad, pero no os lo voy a contar; lo siento pero no.
Tras nuestra espalda se abre una puerta. Es mi prima Maricarmen y su esposo Antonio que tiene la casa en obras. Nos invitan a entrar al salón (es como un choco vasco) y nos sentamos a una mesa. Nos sirven refresco y cervezas que están timbradas en francés mientras sacamos tertulia familiar y, entre otras cosas, pregunté por Narciso y Toñi; ya que ellos viven puerta con puerta. No vinieron, seguramente para agosto. Un corto silencio.
-Los conozco gracias al foro y, tengo su correo electrónico; ya me hablaron que eran vecinos tuyos- Invitaba a entablar conversación. –Sí, algunas veces coincidimos con ellos, esta vez no han venido. –Y entonces le cuento que me mandaron una foto en la que esta ella con ellos, ahí frente al trece. Antonio subía y bajaba cosas.
-Nosotros ya nos íbamos para Burdeos, en cuanto dejemos un poco recogido esto. –La cosa se fue animando entre otros temas que familiarmente nos unía y, unos con otros, formamos grupos de diferente interés e inquietudes, ignorando las prisas por tomar la ruta a Francia.
Juntos seguimos bajando al encuentro de ese tramo que marca la calle Mayor y giramos a la derecha hasta que dimos con la entrada a Punta Brava en nuestra izquierda. Número trece. Hice por abrir la puerta. Cerrado a cal y canto. Narciso y Toñi deben de estar fuera (pensé). Pero mira por dónde, mientras yo tomaba un trago de agua, en ese caño de las monjas; soltó lengua mi hermano para hablarnos de puertas. Señalando de enfrente, una fachada hermosa, confesó ser quinto de Mariano “Valero”; dueño de la casa aquella. Y ¿qué interés tiene tal confidencia? Pues este paisano nuestro está en Navarra y ostenta un célebre cargo en nuestra ciudad, pero no os lo voy a contar; lo siento pero no.
Tras nuestra espalda se abre una puerta. Es mi prima Maricarmen y su esposo Antonio que tiene la casa en obras. Nos invitan a entrar al salón (es como un choco vasco) y nos sentamos a una mesa. Nos sirven refresco y cervezas que están timbradas en francés mientras sacamos tertulia familiar y, entre otras cosas, pregunté por Narciso y Toñi; ya que ellos viven puerta con puerta. No vinieron, seguramente para agosto. Un corto silencio.
-Los conozco gracias al foro y, tengo su correo electrónico; ya me hablaron que eran vecinos tuyos- Invitaba a entablar conversación. –Sí, algunas veces coincidimos con ellos, esta vez no han venido. –Y entonces le cuento que me mandaron una foto en la que esta ella con ellos, ahí frente al trece. Antonio subía y bajaba cosas.
-Nosotros ya nos íbamos para Burdeos, en cuanto dejemos un poco recogido esto. –La cosa se fue animando entre otros temas que familiarmente nos unía y, unos con otros, formamos grupos de diferente interés e inquietudes, ignorando las prisas por tomar la ruta a Francia.