Curiosidades de otro tiempo
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Bien Miguel, veo que nos transcribes un pasaje, (los hay interesante) de el apartado de costumbres. Está bien la idea.
Yo dejo este que me pareció curioso también.
Acabado el “Palacio” e instalándose el Sr. Porras y de ahí que pudo conocer a fondo la vida y necesidades del lugar así espirituales como materiales.
Viendo que este lugar era de paso y calzada de carrera y pasajero y por no haber Misa de Alba muchos se quedaban sin oír Misa los domingos y días festivos, los caminantes que en él hacían noche, o se veían precisados a perder la misa y no oírla o perder o retrasar sus jornadas habiendo de esperar a la Misa mayor en que se les seguía grave daño y más a sus almas y consciencias perdiendo la Misa, para evitar estos inconvenientes fundó una Capellanía con cargo a los Srs. Obispos, sus sucesores, después de su muerte, por razón del Palacio y la dotaba en la cantidad de trescientos reales a pagar a un sacerdote que los domingos dijese la Misa del Alba en la parroquia y a toque de campana para gloria de Dios y bien de los fieles.
Pasaje del Libro de Don Segundo, (Pgna. 15)
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Bien Miguel, veo que nos transcribes un pasaje, (los hay interesante) de el apartado de costumbres. Está bien la idea.
Yo dejo este que me pareció curioso también.
Acabado el “Palacio” e instalándose el Sr. Porras y de ahí que pudo conocer a fondo la vida y necesidades del lugar así espirituales como materiales.
Viendo que este lugar era de paso y calzada de carrera y pasajero y por no haber Misa de Alba muchos se quedaban sin oír Misa los domingos y días festivos, los caminantes que en él hacían noche, o se veían precisados a perder la misa y no oírla o perder o retrasar sus jornadas habiendo de esperar a la Misa mayor en que se les seguía grave daño y más a sus almas y consciencias perdiendo la Misa, para evitar estos inconvenientes fundó una Capellanía con cargo a los Srs. Obispos, sus sucesores, después de su muerte, por razón del Palacio y la dotaba en la cantidad de trescientos reales a pagar a un sacerdote que los domingos dijese la Misa del Alba en la parroquia y a toque de campana para gloria de Dios y bien de los fieles.
Pasaje del Libro de Don Segundo, (Pgna. 15)
¡Quién iba a pensar que, en el futuro, se perderían esos temores a pecar por no oír misa! Cómo ha cambiado la mente humana de esos tiempos a nuestros días. Cuesta imaginar esa ansiedad que se transluce ante la descripción que hace Don Segundo de las preocupaciones en los caminantes que allá hacían noche. Hoy no se teme a los castigos Divinos como antes.
Al leer lo que has escrito, recuerdo un dia del mes de mayo, fuimos a la iglesia como todas las tardes (mes de las flores) y dos otres niñas se nos olvido el velo a las otras niñas alguien se lo dejaron, pero y o tube que ir a mi casa a por el bendito velo porque sino no te dejaba el cura entrar en la iglesia
¡Qué me dices! Jolines con las normas. Ahora darían lo que fuese para que entre más juventud en las iglesias, no digo yo que no entren sino que, a día de hoy… la juventud es poco animada a esas costumbres y rituales de otras épocas. Saludos
Me permito disentir.. No son rituales. Tal vez formas o maneras de encontrar y encontrarse. Tal vez un refugio donde el silencio mitigue la pena, el cansancio y el desgano. Mucha gente hace terapia psicològica y cuesta bastante dinero. El espacio de la Ermita. El silencio, la paz invocan a encontrar la mìstica de la existencia perdido. No hablo de lo Dogmàtico. Sino de ese encuentro vivencial que tanta falta nos hace. Miren la fotografìa dan ganas de entrar... sentarse en uno de los bancos y dejar que la plenitud del paisaje te invada.....