EL DISFRAZ DE UNA ILUSIÓN
Ocurre a perpetuidad, nacemos y nos guiamos por un sueño; ilusiones de llegar a ocupar en nuestra sociedad una identidad única, que nos diferencie del común grosor que otros ocupan. En la infancia nos limitamos a imitar a nuestros ídolos, en la madurez de la juventud luchamos por liderar ideales; en la mediana reflexionamos y despejamos fantasías para calar hondo en realidades. Después, probado en todo, cada cual sigue su suerte; es consciente que existen fuerzas ajenas que le empujan y le frenan por el itinerario de una senda interminable de destinos. Y, todo cuanto se intenta, aquello a lo que uno aspira, desea o exige a sí mismo; no tiene garantía. Es el disfraz superficial de un reclamo a la vida.
Para los que no se rinden nunca de luchar por lo que aman, ahí va mí más cordial ánimo:
Pedro G. G.
Ocurre a perpetuidad, nacemos y nos guiamos por un sueño; ilusiones de llegar a ocupar en nuestra sociedad una identidad única, que nos diferencie del común grosor que otros ocupan. En la infancia nos limitamos a imitar a nuestros ídolos, en la madurez de la juventud luchamos por liderar ideales; en la mediana reflexionamos y despejamos fantasías para calar hondo en realidades. Después, probado en todo, cada cual sigue su suerte; es consciente que existen fuerzas ajenas que le empujan y le frenan por el itinerario de una senda interminable de destinos. Y, todo cuanto se intenta, aquello a lo que uno aspira, desea o exige a sí mismo; no tiene garantía. Es el disfraz superficial de un reclamo a la vida.
Para los que no se rinden nunca de luchar por lo que aman, ahí va mí más cordial ánimo:
Pedro G. G.