¿tienes una cafetería?

LAGUNILLA: UN DÍA ENTRE GENTE MARAVILLOSA (segunda entrega)...

UN DÍA ENTRE GENTE MARAVILLOSA (segunda entrega)

La noche y el calor alimentan el sueño, mi cabeza cansada me pedía a gritos una pausa; la carretera seguía, se acercaba a Salamanca. Una estación de servicio (a pie de carretera) me obligó a dar un giro brusco al volante. Ya falta poco. Tan sólo sesenta kilómetros para llegar a la ciudad de Salamanca (pensé). Reposté de nuevo con ánimo de no parar más y con la confianza de tener combustible para andar por el pueblo. Un café caliente (en vaso grande) me acompañó en la terraza de aquel restaurante subyugado a la gasolinera mientras entablaba conversación con otros dos noctámbulos. Paisanos ya jubilados que hablaban de sus correrías por España al frente de un camión. Mi esposa dormía en el coche, la podía ver desde la mesa en la que fumaba los “café crème de fino aroma”. Ya pasaba de la una y, una pequeña corriente de aire, hacía que esa velada se prolongara en el más plácido sosiego; un descanso tan restaurador que no volví a tener más sueño.

De nuevo en carretera, pude ver que me hallaba en un espolón de la provincia de Zamora; pasé por el puerto de Vallejera, buscando la salida tan añorada. Peñacaballera tardó un buen rato en aparecer. Ahora, con la noche, los robledales o rebollos; todo árbol que marca el bosque, a la luz del vehículo, tomaba un color grisáceo; tenebroso recorrido hasta El Cerro. Son las tres de la madrugada. Las calles cerradas de coches y su angosta naturalidad complicaban la entrada a la calle de mi hermano. Algunas personas no podían con el calor en la cama y se hallaban de tertulia en los poyos de sus casas. Mi hermano no. El ya soñaba con la puerta de la calle descerrajada, adivinando que llegaría muy tarde. Pero los despertamos con nuestras voces y salió su compañera a recibirnos y ofrecernos la habitación de siempre.

Y, con esto, ya nos queda despertarnos y juntarnos en Lagunilla para esa comida que proyectamos por teléfono. Un día en familia.

Pedro G. G. les desea un feliz domingo.