3 meses GRATIS

LAGUNILLA: EDITAR UN LIBRO...

EDITAR UN LIBRO

Lagunilla, en aquellos años, tenía la entrada a nuestra calle sin asfaltar. Accedíamos por delante de La Placita salvando un terraplén muy accidentado de ondulantes y pequeñas hendiduras, regatos secos; es posible que en tiempos de lluvias aquello fuese un lodazal, no estoy seguro. Pero ateniéndonos al origen de nuestro pueblo, dado que su historial nos confiesa que era una laguna de contundentes manantiales, nos permite albergar esas sospechas. Hoy, para los que aún no habéis tenido la suerte de regresar desde infinidad de años, os diré que está muy cambiado; que sus calles son transitables y que, sobre todo, echaríais mucho de menos aquellos aromas al ganado doméstico. Incluso los mismos canes que cada vecino, sin excepción, tenían costumbre de poseer en la vivienda se hacen difíciles de ver. Las calles impolutas, sin excrementos ni moscas; sin gallinas ni polluelos dejan sentir una cierta soledad. Tristeza de haber perdido aquel ideado pueblo nuestro.