Desde este invierno tan frío que “todos los santos” nos manda me detengo ante esta foto veraniega, tan lejana en el tiempo; tan recordada por todos los que un día trillaron sus trigos y pasaron las noches en la era sin más colchón que las parvas. Y se desperezaron al claro del alba en aromas a mies con las gargantas secas buscando el agua. Sólo quien tuvo esa experiencia verá más allá en esta foto, no se le parará la mente en las mulas ni en la tumultuosa paja; hurgará más en las sombras que se extienden sobre la faz del momento aquel que tuvo en presente esta gesta del campo, sus alegrías en el trillo; las esperanzas puestas en los rostros de sus gentes ya sabedoras de que tienen el pan asegurado hasta que Dios les vuelva a dar la cosecha.
¡Te felitito, Pedro! Me sorprendes con tus comentarios.... Eres un poeta... con muy buena sensibilidad. Comprendes todo el transfondo que impregna la foto. Los que hemos vivido estas experiencias en la adolescencia "más allá de la foto, como tú dices" recordamos el liendro y la horca.... los calores sufridos durante horas sobre el trillo... Las boñigas de las vacas... las noches en vela esperando el despertar de la "marea" para limpiar el trigo con el que comer el pan de cada día a la luz de los faroles o de la luna... la solidaridad de amigos, parientes y familia para agilizar el trabajo muy de mañana... se carecia de mucho... muchísimo; pero éramos todos, mayores y jóvenes, inmensamente felices, agradecidos y solidarios.... ya sabes: HOY POR TÍ, MAÑANA POR MI.
¡Hola Armando! La verdad que tú tienes mucho que contar del pueblo y eso nos aporta una gran alegría; más aún cuando dispones de fotos tan remotas en el tiempo. ¿Cuántos de nuestros compaisanos, al ver esas fotos que has subido al foro, no les has devuelto los ancestrales recuerdos de aquellos años que allá pasaron? Una época inolvidable por cuanto ello marcó en sus vidas. Yo carezco de una gran parte de esas experiencias que, si alguna de ellas pude compartir, la gran mayoría de las que os narro se fundamentan en las anécdotas que escuché a mis padres o mis hermanos. A día de hoy, los relatos de unas efímeras pasadas por lo que queda de aquel nuestro pueblo; momentos actuales, crónicas de algunas excursiones fugaces que gusta compartir con todos y, sobre todo, con los paisanos más alejados, los que sus posibilidades de volver son altamente escasas y, a pesar de ello, aman y desean rescatar a sus familiares por las ventajas que ofrecen estos medios. Renacer en las mentes de aquellos que conectan y saben o se acuerdan de ellos ¡Qué suerte más grande para poder volver a nuestro pueblo! Ficción… si se quiere, pero amigo mío; que encuentros más bellos.