Un pequeño apunte sobre Lagunilla. Esta nota se publicó en la prensa nacional en 1869. Después de expulsar a Isabel II en la revolución de 1868 se debatió ampliamente sobre la nueva forma de gobierno y de estado. Unos querían acabar con la monarquía, nada de extrañar pues los Borbones habían ido degenereando cada vez más. Carlos IV sin ser más allá de un hombre bonachón dejó el reino en manos de su mujer y de Godoy. Su hijo Fernando VII que de ser llamado el "Deseado" pasó a convertirse en un infame y depravado. Isabel II se pasó la vida entregando bienes y prebendas a la Iglesia para que ésta corriese un tupido velo sobre su vida privada. ¿Cómo no iban a querer muchos españoles una república?
Otros mucho pretendían mantener las formas, España era un reino aunque se cambiara de dinastía.
En esas circunstancias hubo en 1869 una intentona o protesta republicana cuando se vio que la mayoría de los políticos se inclinaban por la monarquía. Uno de los disconformes fue el marqués de Albaida, sr José María Orense, quien al ser perseguido por fuerzas gubernativas escapa desde Béjar a caballo y es capturado por el alcalde de Lagunilla y vecinos. Os pongo la nota de prensa.
22 de octubre de 1869
“Anteayer se traslado el capitan general de Castilla la Nueva á Bejar, con objeto de pacificar por completo y reanimar el espiritu de la poblacion.
....
Se confirma la prision del diputado Sr Orense. Un despacho de Salamanca dice que el alcalde y vecinos de Lagunilla, en la noche del 18, capturaron en Valdelageve al Sr Orense con un criado y tres guías armados. La misma fuerza hirió de una descarga á otros tres sublevados que hicieron armas y que fueron llevados á Montemayor.”
Otros mucho pretendían mantener las formas, España era un reino aunque se cambiara de dinastía.
En esas circunstancias hubo en 1869 una intentona o protesta republicana cuando se vio que la mayoría de los políticos se inclinaban por la monarquía. Uno de los disconformes fue el marqués de Albaida, sr José María Orense, quien al ser perseguido por fuerzas gubernativas escapa desde Béjar a caballo y es capturado por el alcalde de Lagunilla y vecinos. Os pongo la nota de prensa.
22 de octubre de 1869
“Anteayer se traslado el capitan general de Castilla la Nueva á Bejar, con objeto de pacificar por completo y reanimar el espiritu de la poblacion.
....
Se confirma la prision del diputado Sr Orense. Un despacho de Salamanca dice que el alcalde y vecinos de Lagunilla, en la noche del 18, capturaron en Valdelageve al Sr Orense con un criado y tres guías armados. La misma fuerza hirió de una descarga á otros tres sublevados que hicieron armas y que fueron llevados á Montemayor.”
Visitado a principios de 1880 por el Sr. Pi y Margall, D. José Orense le manifestó que creía imperecederas las ideas federales. "Desgraciadamente -le agregó-, no puedo ya hacer más de lo que hice: estoy sordo, medio ciego, cojo y soy hombre al agua."
Poco después murió. Murió como han muerto tantos bienhechores de la humanidad: en el olvido. La historia únicamente registra con cuidado los nombres de los azotes del género humano, Nerón, Atila, Gengis-Khan... e ignora los del inventor del arado, de la brújula que guía al navegante por las inmensidades oceánicas, del pan cotidiano... ¿Quién se acuerda ya del gran Orense? ¿Quién recuerda que a él debe la inviolabilidad de su domicilio, que por él se ve libre el periodismo del lápiz rojo de los ominosos fiscales de imprenta, y no necesita de depósito ni de editor responsable; que por el cualquiera puede aspirar a los puestos oficiales, en virtud de sus propios merecimientos y sin la obligación de exhibir pergaminos que testifiquen de su sangre azul?...
El progreso, sin duda, no es obra de un hombre solamente. Su artífice se llama legión; y es claro que sin los Rivero, los Figueras, los Pi... y la ilustre falange de oradores y tribunos que arrollaron el antiguo régimen, la voz de Orense se habría perdido en el desierto. Pero, si el general no gana sin soldados la batalla, también es cierto que el triunfo no se logra sin moverse las huestes con meditado plan y predeterminado fin. El plan y el fin que dieron el triunfo a los demócratas eran de Orense.
Los restos del padre de la democracia, trasladados desde Astillero, reposan en Santander, donde tiene un sencillo mausoleo erigido por la piedad de los santanderinos.
Poco después murió. Murió como han muerto tantos bienhechores de la humanidad: en el olvido. La historia únicamente registra con cuidado los nombres de los azotes del género humano, Nerón, Atila, Gengis-Khan... e ignora los del inventor del arado, de la brújula que guía al navegante por las inmensidades oceánicas, del pan cotidiano... ¿Quién se acuerda ya del gran Orense? ¿Quién recuerda que a él debe la inviolabilidad de su domicilio, que por él se ve libre el periodismo del lápiz rojo de los ominosos fiscales de imprenta, y no necesita de depósito ni de editor responsable; que por el cualquiera puede aspirar a los puestos oficiales, en virtud de sus propios merecimientos y sin la obligación de exhibir pergaminos que testifiquen de su sangre azul?...
El progreso, sin duda, no es obra de un hombre solamente. Su artífice se llama legión; y es claro que sin los Rivero, los Figueras, los Pi... y la ilustre falange de oradores y tribunos que arrollaron el antiguo régimen, la voz de Orense se habría perdido en el desierto. Pero, si el general no gana sin soldados la batalla, también es cierto que el triunfo no se logra sin moverse las huestes con meditado plan y predeterminado fin. El plan y el fin que dieron el triunfo a los demócratas eran de Orense.
Los restos del padre de la democracia, trasladados desde Astillero, reposan en Santander, donde tiene un sencillo mausoleo erigido por la piedad de los santanderinos.
Hola Mily. Veo con agrado que los asiduos del foro no desfallecen. Se sigue, se lee y de vez en cuando, salvo Pedro que no para, se participa.
A este hombre, Orense, le ocurrió lo que a muchos del siglo XIX. Tanto se resumen los libros de historia para la enseñanza que acaban estando cargados de reyes medievales, de batallas, de... y falta el conocimiento de lo más cercano. Siempre ha habido una laguna en torno a los años que van de la primera república hasta la segunda. La explicación es bastante clara. Al régimen de Franco no le interesaba nada que no fuera exaltar las glorias imperiales y tapar todo aquello que sonara a libre pensamiento, a republicanismo, a participación, a democracia y eso se traducía en los libros de texto escolares y de bachillerato.
Ahora si uno quiere puede conocer mejor aquella época tan interesante. Un libro que recomiendo, aunque es algo "gordito" es la biografía de Isabel II escrita por Isabel Burdiel, que es un magnífico relato de la España del XIX.
Bueno, vaya parrafada. Me alegro de seguir leyéndoos en el foro.
A este hombre, Orense, le ocurrió lo que a muchos del siglo XIX. Tanto se resumen los libros de historia para la enseñanza que acaban estando cargados de reyes medievales, de batallas, de... y falta el conocimiento de lo más cercano. Siempre ha habido una laguna en torno a los años que van de la primera república hasta la segunda. La explicación es bastante clara. Al régimen de Franco no le interesaba nada que no fuera exaltar las glorias imperiales y tapar todo aquello que sonara a libre pensamiento, a republicanismo, a participación, a democracia y eso se traducía en los libros de texto escolares y de bachillerato.
Ahora si uno quiere puede conocer mejor aquella época tan interesante. Un libro que recomiendo, aunque es algo "gordito" es la biografía de Isabel II escrita por Isabel Burdiel, que es un magnífico relato de la España del XIX.
Bueno, vaya parrafada. Me alegro de seguir leyéndoos en el foro.
En realidad esta zona de la Transierra fue durante largos períodos, lugar de enfrentamientos continuos entre árabes y cristianos en sus ataques de conquista por avanzar, unos hacia el Norte y otros hacia el Sur, haciendo que quedara muy despoblada y que tanto costó a muchos reyes posteriores repoblar.
En el año 1015, siendo rey de León Alfonso V, hubo sangrientas luchas para conquistar a los moros las fértiles tierras del Valle regadas por el río Ambroz. Pero la batalla más importante fue la celebrada en 1022 cerca de las orillas del citado río. los ejércitos musulmanes situados a la izquierda, fortificadosen el lugar llamado Abj-jazía, por haber establecido allí sus tiendas de campaña el caudillo árabe Ab-Jaz enviado por Almanzor. Las tropas cristianas al mando de Laín el calvo (5º abuelo del Cid), se situaron en dos cuerpos, uno en un montículo cubierto de espesos robles, en el que construyeron una fortaleza llama "Cerro" y el otro en otra elevación, donde construyeron un fortísimo castillo que llamaron "Veto a Coto", que luego fue destruido por Alfonso VIII de Castilla, hacia 1211 para que no fuera tomado por los musulmanes. Fue reconstruido hacia el año 1295.
La gran batalla se dio el 14 de septiembre, luchando 30.000 cristianos contra 48.000 moros. Los primeros se situaron en una colina en ell término de Lagunilla. pasando el arroyo de hornacinos y tras una encarnizada lucha, tuvieron que retroceder los moros a la otra orilla del río.
Aparte de estos datos históricos, la tradición oral ha dado por seguro que los moros habitaron el Valle, los cuales subían a oír misa a la ermita de santa ana. Tal vez fue algún grupo morisco de los que se quedaban en los pueblos, aparentando abrazar la fe cristiana, durante la Reconquista, aunque no debieron quedarse hasta la expulsión decretada por Felipe III en 1609 (Expulsión de los moriscos).
Topónimos como Val de paricia, Val de fragua, Val de la Geve, Val de la matanza, Val descoboso, indican también su presencia, aparte algunas piedras con signos, al parecer moriscos, halladas en la finca de la Torrecilla.
Una letrilla llegada hasta nuestros días y puesta en boca de los moros al abandonar estas tierras, dice así:
¡Ay, Hornacín, Hornacín, / si supieran los cristianos / el oro que queda en ti, / ni de día, ni de noche / dejarían de bullir!
Alfonso V el Noble trató de repoblar estas tierras fronterizas con los árabes y el conde Raimundo de Borgoña las coloniza con pobladores de procedencia diversa: francos, navarros, aragoneses, gentes del norte... Contingentes de grupos mozárabes llegaban en el siglo XI hasta el Sistema Central, marcando la zona, el límite septentrional del dominio musulmán hasta el siglo XII.
Alfonso IX de León expulsaba a los árabes de estas tierras y restablecía la Diócesis de Coria, incorporando a ella la Parroquia de Lagunilla, lo cual prueba que el pueblo existía con bastante anterioridad.
Durante mucho tiempo, siglos XII y XIII, la alta Extremadura y sur se Salamanca recibían el nombre de Transierra y en ella quedaba incluida Lagunilla. La escasa población, la espesura de los bosques, con ausencia de comunicación, aparte de los antiguos caminos romanos, hicieron que estas tierras fueran refugio de bandidos.
En 1157, con la muerte de Alfonso VII el Emperador, se separan Castilla y León. Surgen las defensas en los límites de uno y otro fortaleciendo las que quedaban en la invasión árabe. Parece probable que en Lagunilla existiese alguna, por su situación geográfica, pues en el callejero se nombra el lugar del Castillejo y calle de Castillejo.
Lagunilla, por tanto, se encuentra integrada en el Reino de León. Aunque no se puede asegurar cuál fue el núcleo primitivo de Lagunilla, lo cierto es que fue incorporado a Coria, tras su conquista, luego ya existía y con bastante anterioridad al Señorío de Montemayor.
Las primeras edificaciones fueron levantadas entre la Fuente del Guijo, la Plaza del Caño y la Plaza de la Reina (la Plazuela). Más tarde comenzó a edificarse más allá de la Fuente del Guijo, dándole el nombre de "Casas Nuevas".
La iglesia, como en todas partes, fue construida a las afueras, ya que servía de enterramiento, pero su edificación debió ser no muy posterior a la del pueblo.
Dos siglos antes de crearse el Señorío de Montemayor, Lagunilla debía estar incluida en los términos de Miranda que fueron determinados por Alfonso IX de León en 1215, como igualmente Montemayor del Río.
Más tarde encontramos Crónica de Fernando IV, que varias villas, entre ellas las de Granadilla, Miranda y Montemayor pertenecieron a Don Sancho, nieto de Alfonso X el Sabio, luego se deduce que ya Montemayor se había separado de Miranda, formando Comunidad de Villa y tierra propia.
También se halla en la Documentación Medieval de Ledesma como "ser Villa y Lugares de Don Juan, hijo de Alfonso IX en 1350" y más tarde en 1418 el infante don Enrique, Maestre de la Orden de Santiago, pide le rindan pleito y homenaje todas estas tierras.
Reinando Enrique IV el Impotente y bajo su autorización, en el año 1458, don Juan de Silva, Conde de Cifuentes y señor de Montemayor creaba a favor de su hijo, Don Juan de Rivera, el Mayorazgo de Montemayor, formándose el señorío con todas sus jurisdicciones, que comprendía, además de Montemayor, los pueblos de Lagunilla, El Cerro, Valdelageve, Aldeacipreste, Calzada, Colmenar de Montemayor, Horcajo, Valdefuentes, Peñacaballera, Baños, Valdehijaderos, Valbuena ] y Cristóbal.
También en lo eclesiástico quedo como cabecera de jurisdicción el Arciprestazgo de Montemayor, hasta 1850 en que fue suprimido el Partido Judicial y trasladado a Béjar, y también se trasladó el Arciprestazgo, aunque solo dos años después, en 1852 figura Lagunilla como cabeza del Arciprestazgo con el mismo distrito que tuvo Montemayor, exceptuando Baños.
Se dice que la Fuente del Guijo fue hecha para el servicio del Palacio, ya que estaba próxima a él.
Las investigaciones desarrolladas en el libro anteriormente citado aclaran las hipótesis sobre dicha casa palacio, pues, como ya recoge Don Segundo, cuando toma posesión del estado de Montemayor, el nuevo marqués, Don Antonio María de León, en el año 1807 por fallecimiento de su padre, al enumerar sus derechos y pertenencias, no hace mención del Palacio de Lagunilla, lo que hoy parece más claro, no existió tal palacio del marqués ni lo hubo antes, ni se relaciona en el Catastro de Ensenada, y en cuanto al supuesto palacio de El Cerro cabe hacer otra rectificación: era una casa de registro ferial, era el edificio principal de la feria de San Fausto, como en el libro MONTEMAYOR. DEL CONCEJO MEDEIVAL... se demuestra documentalmente.
Continuo el pueblo dependiendo del poder de estos señores que era muy amplio en todos sus sentidos; basta decir que para levantar un edificio, había que pedir permiso al señor Corregidor de Montemayor, en nombre del señor marqués. Así lo prueba la licencia que hubo de solicitar Doña Aldonza para construir el Hospital en 1695 y las escrituras del señor Obispo en 1700.
Un hecho digo de reseñar en estos años (1710), fue el paso por Lagunilla del rey Felipe V, en su camino hacia Ciudad Rodrigo. Otro sería el posible paso de Lope de Vega acompañando al Duque de Alba en su viaje a Las Batuecas, 1604-1614, visitando Coria y la Abadía, pues es de suponerque seguirían el antiguo ramal del calzada romana por Lagunilla y Valdelageve para internarse en la Sierra de Francia.
No estuvieron asentados los franceses en el pueblo, pero sí en sus alrededores, como Puerto de Béjar; no hubo ningún encuentro importante, pero sí llegaron en sus correrías, aunque fuesen grupos aislados pero devastadores. En una de ellas, se cree que se destruyeron el Palacio de los Marqueses de Montemayor y todas las casas circundantes, saqueando y maltratando a los habitantes del pueblo.
Entre los años 1808 al 1811 pasaron por el Hospital de Lagunilla numerosos soldados que eran enviados para curarse y convalecer de sus heridas. También murieron algunos y fueron enterrados en las afuras de la Iglesia. El papel que hizo el Hospital fue magnífico y contribuyeron a los gastoa las Cofradías e Instituciones, incluso hasta enajenando sus bienes.
De 1806 al 1810 hubo guarniciones en el pueblo, como las Comañías 1ª y 2ª del regimiento de Infantería de Zamora, llamadas los Granaderos, cuyo jefe era Benito Rodríguez y antes habían pasado los Regimientos de Infantería de Infiesto, Caballería del rey y otros.
También hubo regimientos en los pueblos cercanos, como Montemayor, Peñacaballera, Aldeanueva, etc.
Además de la asistencia hospitalaria, Lagunilla, como todos los pueblos, también hubo de contribuir al mantenimiento de estas tropas, igualmente con enseres y hombres, pues se consignas algunos muertos, como Franciso Sánchez y Pedro Martín, entre otros, en Francia, en las cercanías de la frontera.
Después de la Guerra de la Independencia fue abolido el Régimen Feudal o Señorial y los municipios cobran vida propia. Lagunilla sigue perteneciendo al Partido de montemayor, hasta que en 1850 pasa a depender de Béjar.
El 15 de agosto es la fiesta grande del pueblo, la de su patrona la Virgen de la Asunción. Después de las fiestas de agosto, ninguna reviste tanta importancia como las del 14-15 de septiembre, El Santísimo Cristo de los Afligidos.
Florentino Romero Hernández, Aguacil de Lagunilla (1914-2005)
En el año 1015, siendo rey de León Alfonso V, hubo sangrientas luchas para conquistar a los moros las fértiles tierras del Valle regadas por el río Ambroz. Pero la batalla más importante fue la celebrada en 1022 cerca de las orillas del citado río. los ejércitos musulmanes situados a la izquierda, fortificadosen el lugar llamado Abj-jazía, por haber establecido allí sus tiendas de campaña el caudillo árabe Ab-Jaz enviado por Almanzor. Las tropas cristianas al mando de Laín el calvo (5º abuelo del Cid), se situaron en dos cuerpos, uno en un montículo cubierto de espesos robles, en el que construyeron una fortaleza llama "Cerro" y el otro en otra elevación, donde construyeron un fortísimo castillo que llamaron "Veto a Coto", que luego fue destruido por Alfonso VIII de Castilla, hacia 1211 para que no fuera tomado por los musulmanes. Fue reconstruido hacia el año 1295.
La gran batalla se dio el 14 de septiembre, luchando 30.000 cristianos contra 48.000 moros. Los primeros se situaron en una colina en ell término de Lagunilla. pasando el arroyo de hornacinos y tras una encarnizada lucha, tuvieron que retroceder los moros a la otra orilla del río.
Aparte de estos datos históricos, la tradición oral ha dado por seguro que los moros habitaron el Valle, los cuales subían a oír misa a la ermita de santa ana. Tal vez fue algún grupo morisco de los que se quedaban en los pueblos, aparentando abrazar la fe cristiana, durante la Reconquista, aunque no debieron quedarse hasta la expulsión decretada por Felipe III en 1609 (Expulsión de los moriscos).
Topónimos como Val de paricia, Val de fragua, Val de la Geve, Val de la matanza, Val descoboso, indican también su presencia, aparte algunas piedras con signos, al parecer moriscos, halladas en la finca de la Torrecilla.
Una letrilla llegada hasta nuestros días y puesta en boca de los moros al abandonar estas tierras, dice así:
¡Ay, Hornacín, Hornacín, / si supieran los cristianos / el oro que queda en ti, / ni de día, ni de noche / dejarían de bullir!
Alfonso V el Noble trató de repoblar estas tierras fronterizas con los árabes y el conde Raimundo de Borgoña las coloniza con pobladores de procedencia diversa: francos, navarros, aragoneses, gentes del norte... Contingentes de grupos mozárabes llegaban en el siglo XI hasta el Sistema Central, marcando la zona, el límite septentrional del dominio musulmán hasta el siglo XII.
Alfonso IX de León expulsaba a los árabes de estas tierras y restablecía la Diócesis de Coria, incorporando a ella la Parroquia de Lagunilla, lo cual prueba que el pueblo existía con bastante anterioridad.
Durante mucho tiempo, siglos XII y XIII, la alta Extremadura y sur se Salamanca recibían el nombre de Transierra y en ella quedaba incluida Lagunilla. La escasa población, la espesura de los bosques, con ausencia de comunicación, aparte de los antiguos caminos romanos, hicieron que estas tierras fueran refugio de bandidos.
En 1157, con la muerte de Alfonso VII el Emperador, se separan Castilla y León. Surgen las defensas en los límites de uno y otro fortaleciendo las que quedaban en la invasión árabe. Parece probable que en Lagunilla existiese alguna, por su situación geográfica, pues en el callejero se nombra el lugar del Castillejo y calle de Castillejo.
Lagunilla, por tanto, se encuentra integrada en el Reino de León. Aunque no se puede asegurar cuál fue el núcleo primitivo de Lagunilla, lo cierto es que fue incorporado a Coria, tras su conquista, luego ya existía y con bastante anterioridad al Señorío de Montemayor.
Las primeras edificaciones fueron levantadas entre la Fuente del Guijo, la Plaza del Caño y la Plaza de la Reina (la Plazuela). Más tarde comenzó a edificarse más allá de la Fuente del Guijo, dándole el nombre de "Casas Nuevas".
La iglesia, como en todas partes, fue construida a las afueras, ya que servía de enterramiento, pero su edificación debió ser no muy posterior a la del pueblo.
Dos siglos antes de crearse el Señorío de Montemayor, Lagunilla debía estar incluida en los términos de Miranda que fueron determinados por Alfonso IX de León en 1215, como igualmente Montemayor del Río.
Más tarde encontramos Crónica de Fernando IV, que varias villas, entre ellas las de Granadilla, Miranda y Montemayor pertenecieron a Don Sancho, nieto de Alfonso X el Sabio, luego se deduce que ya Montemayor se había separado de Miranda, formando Comunidad de Villa y tierra propia.
También se halla en la Documentación Medieval de Ledesma como "ser Villa y Lugares de Don Juan, hijo de Alfonso IX en 1350" y más tarde en 1418 el infante don Enrique, Maestre de la Orden de Santiago, pide le rindan pleito y homenaje todas estas tierras.
Reinando Enrique IV el Impotente y bajo su autorización, en el año 1458, don Juan de Silva, Conde de Cifuentes y señor de Montemayor creaba a favor de su hijo, Don Juan de Rivera, el Mayorazgo de Montemayor, formándose el señorío con todas sus jurisdicciones, que comprendía, además de Montemayor, los pueblos de Lagunilla, El Cerro, Valdelageve, Aldeacipreste, Calzada, Colmenar de Montemayor, Horcajo, Valdefuentes, Peñacaballera, Baños, Valdehijaderos, Valbuena ] y Cristóbal.
También en lo eclesiástico quedo como cabecera de jurisdicción el Arciprestazgo de Montemayor, hasta 1850 en que fue suprimido el Partido Judicial y trasladado a Béjar, y también se trasladó el Arciprestazgo, aunque solo dos años después, en 1852 figura Lagunilla como cabeza del Arciprestazgo con el mismo distrito que tuvo Montemayor, exceptuando Baños.
Se dice que la Fuente del Guijo fue hecha para el servicio del Palacio, ya que estaba próxima a él.
Las investigaciones desarrolladas en el libro anteriormente citado aclaran las hipótesis sobre dicha casa palacio, pues, como ya recoge Don Segundo, cuando toma posesión del estado de Montemayor, el nuevo marqués, Don Antonio María de León, en el año 1807 por fallecimiento de su padre, al enumerar sus derechos y pertenencias, no hace mención del Palacio de Lagunilla, lo que hoy parece más claro, no existió tal palacio del marqués ni lo hubo antes, ni se relaciona en el Catastro de Ensenada, y en cuanto al supuesto palacio de El Cerro cabe hacer otra rectificación: era una casa de registro ferial, era el edificio principal de la feria de San Fausto, como en el libro MONTEMAYOR. DEL CONCEJO MEDEIVAL... se demuestra documentalmente.
Continuo el pueblo dependiendo del poder de estos señores que era muy amplio en todos sus sentidos; basta decir que para levantar un edificio, había que pedir permiso al señor Corregidor de Montemayor, en nombre del señor marqués. Así lo prueba la licencia que hubo de solicitar Doña Aldonza para construir el Hospital en 1695 y las escrituras del señor Obispo en 1700.
Un hecho digo de reseñar en estos años (1710), fue el paso por Lagunilla del rey Felipe V, en su camino hacia Ciudad Rodrigo. Otro sería el posible paso de Lope de Vega acompañando al Duque de Alba en su viaje a Las Batuecas, 1604-1614, visitando Coria y la Abadía, pues es de suponerque seguirían el antiguo ramal del calzada romana por Lagunilla y Valdelageve para internarse en la Sierra de Francia.
No estuvieron asentados los franceses en el pueblo, pero sí en sus alrededores, como Puerto de Béjar; no hubo ningún encuentro importante, pero sí llegaron en sus correrías, aunque fuesen grupos aislados pero devastadores. En una de ellas, se cree que se destruyeron el Palacio de los Marqueses de Montemayor y todas las casas circundantes, saqueando y maltratando a los habitantes del pueblo.
Entre los años 1808 al 1811 pasaron por el Hospital de Lagunilla numerosos soldados que eran enviados para curarse y convalecer de sus heridas. También murieron algunos y fueron enterrados en las afuras de la Iglesia. El papel que hizo el Hospital fue magnífico y contribuyeron a los gastoa las Cofradías e Instituciones, incluso hasta enajenando sus bienes.
De 1806 al 1810 hubo guarniciones en el pueblo, como las Comañías 1ª y 2ª del regimiento de Infantería de Zamora, llamadas los Granaderos, cuyo jefe era Benito Rodríguez y antes habían pasado los Regimientos de Infantería de Infiesto, Caballería del rey y otros.
También hubo regimientos en los pueblos cercanos, como Montemayor, Peñacaballera, Aldeanueva, etc.
Además de la asistencia hospitalaria, Lagunilla, como todos los pueblos, también hubo de contribuir al mantenimiento de estas tropas, igualmente con enseres y hombres, pues se consignas algunos muertos, como Franciso Sánchez y Pedro Martín, entre otros, en Francia, en las cercanías de la frontera.
Después de la Guerra de la Independencia fue abolido el Régimen Feudal o Señorial y los municipios cobran vida propia. Lagunilla sigue perteneciendo al Partido de montemayor, hasta que en 1850 pasa a depender de Béjar.
El 15 de agosto es la fiesta grande del pueblo, la de su patrona la Virgen de la Asunción. Después de las fiestas de agosto, ninguna reviste tanta importancia como las del 14-15 de septiembre, El Santísimo Cristo de los Afligidos.
Florentino Romero Hernández, Aguacil de Lagunilla (1914-2005)