¿Quién es este risueño señor? Lo que daría por tener una foto de mis abuelos (me refiero al padre de mi madre y de mi padre), pues a las abuelas ya las tengo.
MÁS PISTAS: Si te fijas con atención y observas la numeración de la casa que está detras.... en la tapia de piedra que se ve al fondo... la parra que se vislumbra al lado del protagonista.... solo te falta que le pongas el nombre a este seños.... ¡Venga, haz trabajar tu memoria y talento.... ¡Está chupado! Tienes edad para reconocerlo...
Lo siento Armando, no puedo mencionar ningún nombre; en cambio te contaré que, en un principio, cuando lo vi entre las sombras de su sombrero; con esa nariz tan importante, tan familiar en el rostro de mis hermanos y el mío propio me causó una gran impresión; era como ver a mi padre rejuvenecido. No. No conozco ni recuerdo solterones que viviesen cerca de mi casa y, esos pedregosos suelos, esa pared tan singular y plagiada en otra época; el número veintitrés y la parra, también esas yeguas y sus potras; nada olvido ni recuerdo cuando contemplo la nostálgica belleza de esa tan lejanas estampas con las que nos obsequias. Me duele no saber de ellos y me agrada contar contigo y con tu gran generosidad para poder conocerlos. Quizás me fui muy joven y volví muy poco despierto aquellos veranos que, en mi adolescencia, pude reconocerlos y fijar más la atención en ellos. Pero ya sabemos todos ahora, cuando hemos madurado, la estupidez que nos acompaña en aquellos soberbios años.
Un abrazo.
Un abrazo.