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LAGUNILLA: Amigo Armando: Mi padre sí debió conocerlo mucho, lo...

¿Quién es este risueño señor? Lo que daría por tener una foto de mis abuelos (me refiero al padre de mi madre y de mi padre), pues a las abuelas ya las tengo.

MÁS PISTAS: Si te fijas con atención y observas la numeración de la casa que está detras.... en la tapia de piedra que se ve al fondo... la parra que se vislumbra al lado del protagonista.... solo te falta que le pongas el nombre a este seños.... ¡Venga, haz trabajar tu memoria y talento.... ¡Está chupado! Tienes edad para reconocerlo...

Lo siento Armando, no puedo mencionar ningún nombre; en cambio te contaré que, en un principio, cuando lo vi entre las sombras de su sombrero; con esa nariz tan importante, tan familiar en el rostro de mis hermanos y el mío propio me causó una gran impresión; era como ver a mi padre rejuvenecido. No. No conozco ni recuerdo solterones que viviesen cerca de mi casa y, esos pedregosos suelos, esa pared tan singular y plagiada en otra época; el número veintitrés y la parra, también esas yeguas y sus potras; nada olvido ni recuerdo cuando contemplo la nostálgica belleza de esa tan lejanas estampas con las que nos obsequias. Me duele no saber de ellos y me agrada contar contigo y con tu gran generosidad para poder conocerlos. Quizás me fui muy joven y volví muy poco despierto aquellos veranos que, en mi adolescencia, pude reconocerlos y fijar más la atención en ellos. Pero ya sabemos todos ahora, cuando hemos madurado, la estupidez que nos acompaña en aquellos soberbios años.

Un abrazo.

Leyendo tus comentarios hoy he deducido tu edad que debe andar por los cuarenta... bien cumopliditos y ahora te comprendo que no conozcas este señor... que te rindas antes de pronunciar un nombre para él. Con mucho cariño para tí, a cambio del que dispensó tu padre a esa persona, te diré que era her- mano de mi madre y se llamaba SEVERIANO MARTIN SÁNCHEZ, conocido por todos sim- plemente como SEVE; por consiguiente, mi tío. Lo recuerdo con mucho cariño; desde aquí quiero rendirle este escrito, a modo de homenaje póstumo y tardío.
Hombre muy locuaz, le gustaba charlar amigablemente con todos de cosas tan simples como los animales, las cosechas, el tiempo, las tierras... Tenía una entrañable amistad con tus padres y tu tío Pedro (Pedrín, le decían). Conocí a tus abuelos por parte de padre, pero sus fisonomías se han borrado de mi mente. Solterón, vivió con mi abuela en la que actualmente es la casa de MARIA GARRI DO? o CALVO? (la esposa de Francisco el "CHACAERELA", ya difunto)
La casa con el núm. 18 (de tia Angelela de FRUCTUOSO) que aparece en la foto, acaba de ser derribada, según me han dicho; compartía fachada hacía la placita con la de mi abuela. La PARRA, ya no está y la PARED que se ve al fondo, corresponde a "LA HUERTA", todavía existente, con un pozo que mana muchísima agua utilizada para regar también, los huertos de los alrededores. Era un hombre superfeliz, gran fumador, incapaz ni tan siquiera de pensar mal de nadie, orgulloso de sus yeguas, su finca a la orilla del río (por debajo del "BAHO DE LAS CARRETAS" y tenía por vecinos al Sr. Lorenzo EL MANGURRO, y a Pedro "El CONCHO". Dedicaba su tiempo a perforar la tierra con la esperanza de encontrar agua en su finca mientras escuchaba el transistor o... a pescar, "BARBOS" como él decía, en el rio. En mi niñez me llevaba al cine (peleándose con mi madre, si era preciso) y me invitaba a una gaseosa mientras empezaba la función. Muy aficionado a las películas del Oeste proyectadas en el Salón del "Sordo", Florentino MARTÍN, los Domingos por la noche a la 10 - las tarde estaban reservadas para el baile - por un señor que venía de Béjar con un aparato de 16mm.
Sentí muchísimo su muerte en Marzo de 1968 (por San José, más o menos) tras su hospitalización en Salamanca.
Espero haber satisfecho tu interés y curiosidad. Un saludo afectuoso.

Amigo Armando: Mi padre sí debió conocerlo mucho, lo sé; has empezado a nombrar apodos que yo me he cansado de oír en casa cuando aún vivía. Incluso mis hermanos todavía los nombran en algunas de sus interpretaciones memoriales. Anécdotas inolvidables de un cierto calado humorístico. Mi madre, en algunas ocasiones, me interpelaba confundida por el alzhéimer sobre temas relacionados con ellos cuando yo la cuidaba; ya no me conocía y debía confundirme. El “Chacaerela”, Fructuoso y, sobre todo “el Mangurro”; Lorenzo (como su nombre propio) también lo mencionaban. Severiano (Seve) Martín Sánchez es un nombre que, a pesar de la familiaridad que me suscita, no lo tengo en el registro con la misma fuerza con la que se me revelan los anteriores citados. Preguntaré. El sordo sí lo nombraban. Hay otro muchacho que vive a un lado de nuestra casa, una callejuela inmediata, quizás la calle Pollo (no estoy muy seguro) que es mudo; le apodan “el mudo”. Los más conocidos por mí, de nuestros vecinos, son: Purí (esposa del difunto Juán), Paquito y su esposa Avelina; Ricardito, Miguel y Gregorio (conocidos por “los coquillos”); siempre que recuerdo mi puerta frente a la entrada del palacio.
La casa donde nací era de mi abuela María Garrido González, hija ella de Manuel Garrido (“el patina”) y Eustaquia González; el apellido González lo heredo tanto de mi padre (Urbano González Amatos) como de mi madre (Juana Gallardo Garrido) si en ésta se sondea sobre sus raíces maternas hasta alcanzar a mi bisabuela. Mi madre decía que “la mosca” era prima suya, pero aún no sabría decirte quién es “La Mosca”. En fin, no recuerdo ningún tío Pedro, mi nombre corresponde a Pedro “el serrana” que siempre ha sido muy amigo de mi difunto padre; éste me sacó de pila.
Muchas gracias por toda esta información y tus excelentes fotos.
Feliz año nuevo Armando.