EL CHANCRO Y LA TINTA EN LOS CASTAÑOS DE NUESTRO PUEBLO.
(4- Entre los días 4 de junio y 7 de julio de 2004, se realizó una prospección
de suelos y árboles sospechosos de padecer tinta en diferentes localizaciones de la provincia de Salamanca: Béjar (Monte Mario y El Castañar), El Cerro y Lagunilla; demostrándose la existencia de P. cinnamomi y la enfermedad de la tinta en nuestros castañares)
“P. Cinnamomi” afecta en primer lugar a las raíces absorbentes y les provoca una rápida maceración. A continuación, ataca a las raíces gruesas y al cuello de la planta. Los síntomas empiezan a manifestarse sobre la parte aérea con amarillamiento de las hojas, aclaración de la copa del árbol, y puntas secas en algunas ramas. Las hojas se reducen en número y tamaño, y caen antes del otoño. Los suelos en los que se acumula agua y mal drenados son favorables para el desarrollo de la tinta.
Las colonias se localizan primero a simple vista, tienen un aspecto de roseta, y seguidamente se confirman las que son de P. cinnamomi, al observar el “micelio coraloide” (se denomina así al cuerpo y color vegetativo de este hongo) y las características hinchazones de sus células con el microscopio.
Sigue......
(4- Entre los días 4 de junio y 7 de julio de 2004, se realizó una prospección
de suelos y árboles sospechosos de padecer tinta en diferentes localizaciones de la provincia de Salamanca: Béjar (Monte Mario y El Castañar), El Cerro y Lagunilla; demostrándose la existencia de P. cinnamomi y la enfermedad de la tinta en nuestros castañares)
“P. Cinnamomi” afecta en primer lugar a las raíces absorbentes y les provoca una rápida maceración. A continuación, ataca a las raíces gruesas y al cuello de la planta. Los síntomas empiezan a manifestarse sobre la parte aérea con amarillamiento de las hojas, aclaración de la copa del árbol, y puntas secas en algunas ramas. Las hojas se reducen en número y tamaño, y caen antes del otoño. Los suelos en los que se acumula agua y mal drenados son favorables para el desarrollo de la tinta.
Las colonias se localizan primero a simple vista, tienen un aspecto de roseta, y seguidamente se confirman las que son de P. cinnamomi, al observar el “micelio coraloide” (se denomina así al cuerpo y color vegetativo de este hongo) y las características hinchazones de sus células con el microscopio.
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