¡Gracias Mily! Ya me han caído 53 eneros, que no son pocos; edad ésta en la que se comienza y acusa el peso de tanto vivido. Centro de la madurez e inicio de la decrepitud del cuerpo: huesos que duelen, músculos que merman y, con sentido del humor, otras partes que no levantan ni encienden fuegos. ¡Oh
juventud perdida! Marchita libertad ya lejana de inquietantes aventuras. Hoy, desde la calma, harto ya de reflexivas… te entregas a sensateces cautiva. Son las responsabilidades, la entrega a los que
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