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LAGUNILLA: Mi enciclopedia....

UN REGALO INOLVIDABLE

¡Buenos días pueblo! Os he subido al foro una nostálgica colección que muchos de vosotros ya habéis conocido en profundidad. Yo apenas tuve la oportunidad de estudiar con ellos hasta que la compré. Si acaso en los primeros años, cuando iniciaba los primeros conocimientos de aquella tabla de multiplicar presentada entre colores en estas páginas; recuerdo que las cantábamos jocosos. Existían otras cartillas de la misma línea Alvarez que fueron preámbulo, trampolín del parvulario para, tras aquellas canciones de: “el patio de mi casa, la muñeca de azul o un etcétera de estampas con disciplinas morales abordar estos ricos conocimientos enciclopédicos. Eran los maestros quienes sacaban infinidad de ejercicios matemáticos, problemas e inspiraciones gramaticales que daban origen a nuestras tareas particulares. Hoy las enciclopedias son más alejadas de las pretensiones que ésta tuvo en tanto a la formación espiritual del alumno, se centran en los conocimientos tecnológicos y en las bases profesionales del conocimiento. Materias que nada o muy poco despiertan la sensibilidad ni la empatía por los problemas de humanidad que hoy se padecen. De ahí la inmoralidad en algunas conductas de personas con un amplio conocimiento.

Saludos y... se admiten comentarios.

Mi enciclopedia.

La de “primero” y sobre todo la de “segundo grado” como se decía, junto con algún cuadernillo para hacer letras; de aquellos de dos rayas paralelas para no salirte de la línea ¡era tan importante escribir recto, como escribir sin faltas de ortografía ¡Son mis buenos recuerdos de escolar.
Fueron estos libros, (Enciclopedia Álvarez) junto con un pequeño libro de lectura (La rueda de espejos) los lejanos recuerdos de mi época de primaria. Más tarde viajaron conmigo a la emigración y se fueron quedando en el camino; aunque el de “segundo grado” fue mi ventana a la lengua castellana y compañero durantes varios años más. Todavía no hace mucho lo he visto por casa, eso sí, algo desvencijado.
Le tengo mucho que agradecer a estos libros, pues ellos me arraigaron un mínimo conocimiento que perduró largo tiempo en mí, a pesar que otro idioma fue el preponderante de mi vida en los siguientes 14 años (desde los 13 hasta los 27). En cierto modo me facilitaron la preparación académica necesaria en lengua castellana en mi retorno a España.
Su enseñanza diversa, desde religión hasta tecnología, pasando por ciencias, matemáticas y aritmética en un único volumen (pues todos los temas se repartían en sucesivos apartados del libro). Vista en perspectiva hoy, quizás fuera demasiado teledirigida, de todas las maneras yo me quedo con lo bueno que me aportó.
Saludos a todos.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
ENCICLOPEDIA INTUITIVA, SINTÉTICA Y PRÁCTICA

Así, con este eslogan, se presentaba cada tomo. De los cuatro que poseo me gusta más el último grado: INICIACIÓN PROFESIONAL. Cabe admitir que todos tienen su encanto, pero en este que menciono se presentan varias escrituras como ejemplos de distintos ejercicios según la lección que se esté repasando. Digamos que, en verbigracia, estamos dando “figuras de pensamiento y de construcción”. Ahí hallamos: la antítesis, perífrasis; ironía, antífrasis; el sarcasmo, hipérbole… todo juego literario conocido; enredos a los que recurre el narrador para suscitar ciertos sentimientos u otras claves de reacción. A mí, sin ninguna duda, me atrapaban las estrofas de algunos escritores de comedias y poesía. Fijaros en esta que os voy a copiar, cuanta relación con los tiempos de ahora.

LA DESVERGÜENZA

Ínfulas de hombres de pro muestra cualquier perillán; el que ayer vistió zamarra hoy gasta levita y frac, y con botas de charol Maritornes va a comprar. Es ya rancio anacronismo la modesta sobriedad con que antes se contentaban los que no tenían más que su honrada medianía y limpio aunque pobre ajuar.
Ya la comezón del lujo, ya el prurito de medrar; a unos ciega vil codicia, a otros orgullo infernal; llaman en el dialecto de su uso particular donaire a la desvergüenza, al perjurio habilidad, y para ellos todo es lícito, todo, menos trabajar.

De don Manuel Bretón de los Herreros (un logroñés nacido en 1796)

¡Saludos! ... (ver texto completo)