Luz ahora 0,14108 €/kWh

LAGUNILLA: Apreciado Juan Antonio, agradezco mucho que disertes...

CARROÑEROS

Es lamentable comprobar que la codicia impera en nuestra sociedad. Esta mañana oí las noticias en la cafetería mientras apuraba un café sin azúcar, no era éste más amargo que lo que estaban transmitiendo. Un señor se quitaba la vida en el momento que iban a embargarle la vivienda. Otro más. Otra víctima de un clan usurero que ante pone la “justicia” materialista en pos de la humana. Fechada está la suerte en que desaparezca, si es de justicia, estas resoluciones que se toman a día de hoy hacia los desafortunados que han perdido la oportunidad de ostentar la dignidad de una ocupación en nuestra sociedad y se ven cautivos del consumo ineludible de luz, agua y otros medios que dan el calor y la garantía de su supervivencia. Toda necesidad primaria regulada por entidades que privan de su uso si no se cuenta con el maldito dinero.

Rezo para que el ser humano aprenda a consumir sólo lo necesario y el planeta, nuestra despensa natural, nos abastezca de esa libre generosidad sin dueños.

Con mis saludos para mi pueblo.

Estimado Pedro, permíteme discrepe contigo en lo referente a llamar carroñeros a quienes tienen por norma explotar a sus semejantes en la forma que vemos se produce a diario en este mundo que nos ha tocado vivir.
Los carroñeros, en el mundo animal, cumplen una función importante para la conservación de las especies. Como es conocido, el carroñero elimina de la naturaleza los cadáveres, incluidos los restos óseos, de aquellos animales en cuya muerte no han intervenido, es decir, aquellos que mueren por enfermedad, vejez o cualquier otra causa. La eliminación de esos cadáveres, evita la propagación de enfermedades de todo tipo, contribuyendo a la buena salud de la fauna. Es decir, su existencia es un servicio en bien de la colectividad.
Entre los humanos, muy al contrario de lo que sucede en la Naturaleza, los usureros y explotadores, lo que hacen o consiguen con sus prácticas es arruinar económicamente y destruir la salud de sus congéneres, lo que, en ocasiones, coadyuva a precipitar la muerte de las personas que, ante la situación a la que son conducidos y como única salida a sus problemas, se ausentan del mundo voluntariamente.
Un saludo

Apreciado Juan Antonio, agradezco mucho que disertes elocuentemente del valor y beneficio de los píos carroñeros, de aquellos que, por su función innata, aportan un equilibrio saludable a nuestro hábitat común y compartido. También es loable esa percepción que transmites y, con paciente descripción, comparas o cotejas de tales alimañas sociales.

Yo, al recibir semejantes duelos, tanta aflicción; me hallo impotente y desilusionado por tanta impiedad humana. Reniego de tal honor con el despecho y el exabrupto de quien abomina pertenecer a la rama humana. Si obrar contra nuestros semejantes impíamente nos dignifica y graba, no me integro; no me da la gana.

Me alegra mucho tenerte en este foro. Saludos.